Raizel Clark

UNO

Agosto, 2009

Camino en dirección a la cafetería acompañada de mis dos nuevas amigas. Es nuestra primer semana en la escuela secundaria y ya hemos descubierto que llegamos más rápido a la cafetería  atravesando el campo de soccer a tener que caminar entre toda la masa de estudiantes que hay en los pasillos.

Así que es justamente en el campo donde nos encontramos, cuando un chico, a simple vista más grande que nosotras, se posiciona enfrente nuestro, deteniéndonos. He de decir que el chico no es feo, bueno, no sé qué tanto pueda juzgar, apenas tengo once años y ocho meses, y no es como que me haya relacionado mucho con el sexo opuesto, a excepción de mis primos, claro.

Es un chico alto, MUY alto quizás esté cerca del metro ochenta, cabello oscuro con la parte de arriba más larga que en los lados, cejas igualmente oscuras y bien definidas, unos ojos realmente atrapantes, no sabría describir de la manera correcta el color, pero parecían ser entre verdes y cafés, estos se encontraban adornados por unas pestañas pequeñas pero increíblemente rizadas, tenía una nariz bastante linda casi parecía una nariz femenina, y por último poseía unos labios delgados que casi eran del tono de su piel que apenas y tenía un tenue color rosa en ellos, pero no dejaban de ser unos lindos labios. Sin duda era un lindo rostro para apreciar.  

 Hola, ¿ustedes son de primero, cierto? dijo el chico con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

Miré a mis dos nuevas amigas.

Anne, una castaña de once años que tiraba más a rubia, con el cabello lizo más abajo de la cintura, ojos azules con un toque de verde y pestañas pequeñas pero rizadas, una nariz pequeña y respingada, con una complexión delgada y pocas curvas, que era compensado con un rostro angelical, una piel bronceada y unos labios rosados bastante carnosos, el inferior más que el superior, de una estatura que seguramente llagaba al metro setenta; le sonreía coquetamente.

A mi otro lado, Karla, una pelinegra de doce años con unas ondas poco marcadas en el cabello que le llegaba por debajo de los hombros, una figura bastante voluptuosa con unas cuantas curvas, labios delgados y rosados, ojos negros, pestañas pequeñas y lizas, nariz pequeña en forma de botón, con una belleza singular, piel blanca y mejillas sonrojadas, de una estatura de metro sesenta; lo miraba sin una pizca de gracia.

Por otra parte, estaba yo, Raizel, una castaña que tiraba más a pelinegra, con el cabello lizo en la parte de arriba y unas cuantas ondas en las puntas, que me llegaba encima de los hombros, ojos café claro que algunos podrían considerar de una tonalidad ámbar que estaban adornados por pestañas delgadas y rizadas, labios ni muy voluptuosos ni muy delgados, de una figura delgada y con unas cuantas curvas, piel un tanto bronceada, con mejillas con casi nada de color y nariz algo pequeña, de una estatura que apenas llegaba al metro sesenta; no podría describir como lo miraba, quizás lo que más dominaba era la curiosidad.

Anne fue la primera en hablar.

ー ¿Tanto se nota que somos de primero?ー dijo jugando con su cabello, soltando una risita tonta.

ー Un poco siー dijo el chico llevando su mano al cuello pareciendo algo incómodo ー, aparte jamás se me hubiera pasado desapercibido una chica tan linda como tú.ー me cruce de brazos y mire a Karla. Amabas nos quedamos viendo y pusimos los ojos en blanco. Al parecer se percató de nosotras y agregoー Digo, unas chicas como ustedes.

 Si, claro. habló Karla en tono sarcástico.

 Bueno, ¿a qué viene que un chico como tú nos hable? Aparte de querer ligarte a una de mis amigas, claro.  hable algo fastidiada por toda la escena que se había montado y porque había detenido nuestro camino así la cafetería y estaba muriendo de hambre.

 ¡Cierto! Ya me estaba desviando del tema. Pero antes, responde, ¿qué quisiste decir con lo de "un chico como yo"?  pregunto alzando una de sus cejas oscuras.

 ¿No que te estabas desviando del tema por el cual nos estas hablando?  pregunte imitando su acción al alzar una mis cejas.

 Ya me desvié bastante del tema inicial, así que da igual desviarnos un poco más.

 Bien. dije en un tono fastidiado A lo que me refería a "un chico como tú", es que eres claramente mayor que nosotras y no veo el porqué de hablarnos, los grados más altos no se juntan con los de nuevo ingreso, al menos que sean populares y nosotras no lo somos.  alcance a oír a Anne decir "por el momento" y puse los ojos en blanco ante el comentario. 

No dijo nada, solo se me quedo mirando. Estaba llegando a mi límite, generalmente soy muy paciente y amable, pero moría de hambre y el hecho que no dijera nada me estaba sacando de mis casillas, para demostrar un poco mi enojo,  para ver si por fin se decidía a hablar y controlarme un poco me cruce de brazos y apoye la mayor parte de mi peso en una de mis piernas e hice una mueca. Casi dos minutos o eso es lo que parecía haber transcurrido y no ver indicios que fuera hablar, lo hice yo.




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