Ramé

5; Leo

Esᴛᴀ́ sᴏɴᴀɴᴅᴏ Rɪᴀ Mᴀᴇ﹐ Dᴀɴ Tᴀʟᴇᴠsᴋɪ ﹣ Tᴏᴏ Cʟᴏsᴇ
 

Tengo en mis brazos a monito, que se ha agarrado a mi cuello desde que he llegado y no me suelta. La abuela me sonríe abiertamente pero el abuelo parece enfadado.

— Me alegro que hayas podido venir este año —dice la abuela.

— Y yo. Eh tú, estás muy mimosa hoy, ¿no? —Le pregunto a mi prima besando su mejilla.

— Hoy esa chica desagradecida le ha tirado un cubo de agua encima —murmura mi abuelo.

— ¿Qué chica?

— La que tiene nombre de ciervo.

— Bambi —dice ella con un puchero.

El corazón me late con fuerza contra el pecho y frunzo levemente mi ceño. ¿Está aquí? Mi tía se ríe y yo la miro.

— Nancy es muy traviesa y molestó a Bambi, así que es normal que reaccionara así —dice mi tía sentándose en una de las sillas.

— ¿Qué le has hecho? —Le pregunto.

Nancy esconde su rostro en mi cuello y me abraza. Miro a mi tía.

— Le puso una araña en el pelo —dice.

— Y gritó como una loca —se ríe el abuelo. Nancy también se ríe un poco en mi cuello viendo que a su abuelo le hace gracia.

La abuela golpea la pierna de su marido y este deja de reírse.

— Lo que hizo Nancy está mal, eso no se hace. Ahora Bambi también es su prima y tiene que quererla.

— Esa chica no es su prima —bufa el abuelo—. Sigue siendo una desconocida.

— ¡Richard! —Se queja la abuela— Esas chicas son ahora parte de nuestra familia.

— Judith...

— Nada de Judith, ahora Becky es la mujer de tu hijo y tienes que respetarla. A ella y a las chicas, y ahora, cierra la boca.

Dejo a monito en el suelo y Betty me hace una seña para que la siga a la cocina. Suspiro pesadamente y paso una mano por mi rostro, apoyándome en la encimera cuando entro.

— Bambi se estaba quejando de que no quería estar aquí y el abuelo la escuchó —se encoge de hombros—. Se van después del rodeo a California y Jack la ayuda en sus tareas para que no se le haga tan pesado, ya que no has estado aquí.

Me quedo callado porque verdaderamente no sé qué decir. No esperaba que las chicas estuvieran aquí este año.

— Bueno, algún día se acostumbrará, debo irme antes que los chicos se beban toda la cerveza.

— Intenta que no lleguéis muy borrachos a casa, ya sabes que el abuelo siempre está pendiente y...

— Lo sé —le sonrío.

Salgo de la cocina y veo a monito viendo los dibujos en la televisión. Me despido con un movimiento de mano de todos y salgo. Cuando entro en el coche, suspiro pesadamente y pongo rumbo al rodeo.

Pongo un poco de música y abro la ventanilla. Me enciendo un cigarrillo mientras conduzco y muerdo mi labio inferior, deseando llegar.

Aparco en un hueco libre y me bajo del coche. Sé que tengo que dejar de fumar, pero no lo consigo. Camino hacia la entrada del rodeo y muerdo mi labio inferior buscando a los chicos. No los localizo, por lo que me dirijo a la barra a comprar una cerveza.

Cuando tengo el vaso en la mano, un cabello rubio moviéndose me hace mirar. Aguanto la respiración y paso mi vista por ella. Tiene una sonrisa preciosa y lleva unos pantalones cortos vaqueros y un top blanco. Me quita el aliento, pero no solo que ella sea lo más caliente que he visto nunca, el causante de su preciosa sonrisa es mi amigo Roddy.

El pelirrojo también está sonriendo y la acerca a su cuerpo para bailar la canción que está sonando, aunque esa canción perfectamente se puede bailar a un metro de distancia.

Muevo mi cuello de lado a lado. ¿Dónde demonios está Ronan cuando se le necesita y por qué no está poniendo distancia entre esos dos?

Me bebo la cerveza de un trago y me giro para comprarme otra a pesar de que tengo que conducir.

"Siempre has odiado este lugar, pero tengo que decir que no estoy sorprendido de ver tu cara"

— Eh, tío —la voz de Justin hace que lo mire y palmea mi hombro—. Me alegra que hayas venido, estamos allí sentados —me señala una mesa y asiento.

— Te sigo —le digo.

No tardo en estar en la mesa y saludo a todos con un apretón de manos. Charlie y Bárbara se encuentran cada uno en una esquina de la mesa. Ginger y Jack se levantan a bailar, mi hermano y Ronan comen una hamburguesa y Kenzie está haciendo ojitos con Justin. Y yo... Bueno, yo no puedo dejar de mirar la pista de baile.

— Ni se te ocurra, Leo —dice Diego con su boca llena—. Déjala disfrutar.

— No pensaba hacer nada —saco un cigarrillo.

— Estoy comiendo —dice Ronan—, no fumes mientras como.

Alzo mis cejas mientras mi hermano suelta una carcajada y dejo el paquete de cigarrillos encima de la mesa.

— De acuerdo, come tranquilo, me iré entonces, verdaderamente necesito el cigarrillo.

Me levanto con la cerveza en mi otra mano y me alejo un poco para fumar, pero no me alejo demasiado porque no quiero dejar de mirar.

"Bebé, no puedo ignorar la forma en la que me siento"

Ella mueve sus caderas y Roddy pone su mano en su cintura. Me enciendo el cigarrillo y le doy una gran calada, llenando mis pulmones de humo y expulsándolo.

"No puedo esconderlo, y no puedo acercarme demasiado porque tendré mis manos sobre ti"

Miro hacia la punta de mis zapatos porque no quiero seguir mirando. Paso la lengua por mis labios y suspiro pesadamente. No he dejado de repetirme a mí mismo que es lo mejor, que irme fue una mala decisión pero necesitaba que ella me odiara, y ahora lo hace. No puedo estar cerca de ella si aún siente algo por mí porque voy a caer una, otra y otra vez.

"No puedo luchar, porque si me acerco demasiado, estaré sobre ti"

En el momento en el que ella puso un pie en la parte de atrás de la camioneta de Kenzie... No lo sé, ni siquiera sé cómo fue, pero me encontré mirándola más de la cuenta, y cuando la conocí más mientras hacíamos cosas de la granja... Solo me importaba que ella estuviera bien, que se lo pasara bien a pesar de hacer todas las tareas.



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En el texto hay: comedia, romance, juveniladulto

Editado: 12.09.2021

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