Estoy ronca y me duele la garganta. No debería haber estado tanto tiempo bajo la lluvia, y mucho menos ir corriendo a la casa árbol. Casi todo el mundo lo sabe ya y no sé qué hacer, no sé cómo sentirme porque Leo... Leo ha sido el primero en todo y me gusta, a pesar de todo el daño que me ha hecho. Necesito no verlo un año al menos para poder superarlo, pero... ¿Cómo dejar de verlo si somos familia?
— Luces triste, ¿estás bien?
Ronan se sienta a mi lado y lo miro. Es impresionante cómo ha cambiado en un año y yo sigo siendo igual que siempre, al menos por fuera.
Le sonrió abiertamente y asiento. — Solo un poco ronca, no debí haber bailado bajo la lluvia.
— ¿Bailaste bajo la lluvia? Mi hermana no me deja, muchos menos Justin.
— Bueno, algún día lo haremos, aunque ya ves que no es muy recomendable.
Miro a mi alrededor para ver cómo Diego habla con Justin. Ginger le hace una trenza a Kenzie y Bárbara... ¿Dónde está Bárbara? ¿Y Charlie?
— ¿Has visto a mí hermana? —Le pregunto al pequeño, aunque no lo es tanto.
— Ha entrado en casa —se encoge de hombros.
— Ahora vengo.
Me levanto del asiento y entro a casa de Justin, deseando que Bárbara esté en el baño y Charlie en otra parte de la casa.
Muerdo todo mi labio inferior y abro la puerta del baño de la parte baja, no hay nadie. Subo las escaleras mientras suspiro porque si están los dos juntos, tendré que hablar con Barb para que deje a Asher, él no se merece que mi hermana le sea infiel.
Nadie se lo merece.
Lamo mis labios y con manos temblorosas, abro la puerta del baño. Abro los ojos de golpe, más aún, mucho más. Me los esperaba, pero no de esta manera. Mi hermana tiene flexibilidad, pero joder, jamás pensé que tanta. Yo ni siquiera puedo llevar mi pierna a la rodilla y ella, está de pie de espaldas a la pared con una pierna completamente levantada apoyada en el hombro de Charlie.
Ellos me miran y se quedan en shock, como yo, porque... Cierro la puerta corriendo. No pensé encontrarlos así, quizás compartiendo unos besos o metiéndose mano, pero por el amor a Brad Pitt...
— ¡Bárbara! —Abro la puerta de nuevo— ¿Qué se supone que estás haciendo?
Mi hermana ya tiene el vestido bajado y Charlie está subiéndose los pantalones.
— ¿Follar? —Abre sus brazos. Sí, es bastante obvio lo que estaba haciendo, pero no me refiero a eso.
— Tengo que hablar con mi hermana, Charlie.
Este, mordiendo su labio inferior, mira a mi hermana y después me mira a mí. Sale del baño y yo entro, cerrando la puerta detrás de mí.
— ¿Y Asher?
— ¡No estoy feliz con Asher!
— ¿Qué?
— No soy feliz con él, no es lo mismo —pasa sus manos por su rostro.
— ¿Y por qué narices no lo dejas?
— Porque su madre se está muriendo y no quiero hacerle eso.
Siento una presión en mi pecho. ¿Su madre se muere? ¿Por qué no me ha contado nada? Mi hermana se sienta en la tapa del retrete y esconde su rostro entre sus manos.
— ¿Qué le pasa?
— Cáncer. Iba a dejarlo este año pero me enteré y... No pude hacerlo.
Parpadeo un par de veces y me apoyo en la pared frente a ella. Su pelo castaño corto está rozado con espuma debido a la humedad que hace aquí y levanta su rostro. Sus ojos llorosos.
— Me gusta Charlie, Bambi. Él es... Increíble. Es tan... Gentil, bondadoso y... Se preocupa por mí.
— ¿Que se preocupa por ti? ¿En qué momento? Apenas lo has visto tres meses en un año.
— Hemos estado quedando.
— Joder, Barb —recojo mi pelo en una coleta porque tengo calor— Al final le estás haciendo daño a Asher igualmente. Serle infiel es... Horrible.
— Soy el único apoyo que tiene, Bambi, no puedo dejarlo solo y sé que no podremos ser amigos cuando lo deje.
Me quedo callada porque no puedo entender cómo se siente, pero hacerle esto a Asher no me parece bien, es injusto.
— Tienes que dejar a Asher, Bárbara. Pensé que eras diferente —hago una mueca y ella frunce sus depiladas cejas. Ladea un poco la cabeza y sé que va a decir algo que va a hacerme daño.
— Ni siquiera sabes lo que es estar enamorada o estar con un chico, Bambi —se pone de pie y tengo que mirar hacia arriba—. No tienes ni idea y vas dando lecciones de moral y ética. Cuando seas capaz de ponerte en mi lugar, entonces hablamos.
— Solo te estoy diciendo que nadie merece esto, Bárbara. Si no quieres a una persona, déjala. No dejes que se aferre a ti.
Ella hace oídos sordos y sale del cuarto de baño. Suspiro pesadamente y me miro al espejo, deseando irme a California y salir de aquí.
Leo ni siquiera ha venido y estoy totalmente segura que cuando vaya a casa no estará, porque siempre huye. Estaría con él a pesar de que todo se derrumbara pero él no va a dejar que eso pase.
Salgo del cuarto de baño cuando me refresco un poco y frunzo mi ceño al darme cuenta que Bárbara y Diego no están.
— Diego la ha llevado a casa —dice Rory acercándose a mí—. Este año es todo tan raro... Echo de menos los que éramos el año pasado —suspira y mete sus manos en los bolsillos de sus jeans.
Miro su rostro con pecas y su pelo pelirrojo despeinado y también suspiro. Yo también deseo volver al año pasado, pero no puedo.
— Ese chico, Zev. ¿Es algo serio? —Se balancea sobre sus pies y tengo que decir la verdad.
— No, no es nada serio, Rory.
— Oh —carraspea—, bien. Es decir, qué faena, bueno, no es una faena, simplemente—lo interrumpo.
— Rory, vale, está bien —río un poco.
— Será mejor que cuides la voz de camionero que tienes —me guiña un ojo.
— Bambi, Zev está en la entrada, quiere verte.
La voz de Kenzie hace que me gire y la miro. Asiento y me dirijo a la parte de la entera mientras siento la mirada de Rory en mi nuca. Tardo un poco en salir porque no sé cómo enfrentarme a Zev.
— ¿Vas a salir ya o me vas a hacer esperar mucho?