Rafael
Anoche Mike se quedó a dormir en nuestro depa, las chicas lo llamarían pijamada, yo diría más bien, noche de chicos. Tomamos un poco, conversamos acerca de temas aleatorios y descubrí que el mellizo fuma, me dijo que desde los 16 pero que ya ha perdido el hábito y solo lo hace en reuniones con amigos.
Voy caminando a la sala y siento sus voces. Están hablando de las empresas.
—Buenos días— saludo.
—Buenos días, amor ¿qué quieres para desayunar?— me saluda Chris y siento las carcajadas de Mike mientras pone en mi hombro saludándome.
—Buenos días, hermano. Estábamos hablando de las empresas. Chris es el mayor, a mi hermana no le interesa y tú eres hijo único.
Eso último me da un mal sabor en la boca —¿Vas a quedarte de director?
—No sé, a lo mejor en cuanto la pongan a mi nombre la divido 50 y 50 entre ustedes— respondo cortante y vuelven a soltar carcajadas ambos.
Pero no miento, yo no quiero quedarme con la empresa, es demasiado para mí.
—Oye bro, alístate que vamos para la casa de los Harrison, hoy es la cena en donde los tortolitos se confiesan— me avisa Chris entre risas señalando a Mike.
Entro al vecindario que me da la bienvenida con los niños corriendo, soy el último en llegar debido a que me encargaron a mí comprar el helado de la cena. Voy subiendo al porche y veo a Elissa muy frustrada salir de casa.
—Ah, hola Rafa ¿qué tal?— me saluda en cuanto nota mi presencia.
—Bien ¿qué te sucede?
¿Desde cuando me importa eso?
—Nada, están hablando de mi cumpleaños y decidí salir a tomar aire— me explica y noto su disgusto al hablar del tema.
—Entiendo, bueno voy a dejar el helado. Que te recuperes— le digo y veo como se asombra por mi amabilidad y creo que mi expresión debe ser igual que la suya.
Entro a la casa y veo tres cabelleras, una rubia, una peli negra y una castaña susurrando cosas entre si...
—Aquí está el helado— les digo asustándolos a los tres.
—¡Diablos Rafa me asustaste! — chilla Daniela.
—¿Para qué chismosean tanto?
—Bro no te pongas celoso, solo soy tuyo— me dice Chris levantando las manos.
—Hablábamos de mis primos y lo mucho que la hemos cagado hace un momento.— ahora habla Laura, a la cual veo mucho mejor que la última vez que la ví.
—¿Qué hicieron ahora?— les pregunto.
—El cumpleaños de ellos es la semana entrante y lo mencionamos hablando de hacerles una fiesta, salir a un club o algo pero como ese día...— se calla en cuanto la puerta se abre dando paso a Elissa que entra sonriente por la puerta—ese día iremos al cine.
—¿De qué hablas?— pregunta la castaña que acaba de sentarse.
—De... — Dani se queda pensando que mentira inventar.
—De lo que haremos mañana— la salva su hermano.
—Interesante— dijo desinteresada
—¿Por qué entraste con esa sonrisa tan encantadora?— inquiere Chris.
Sus ojos se iluminan al instante y dice:— Mañana es el cumpleaños de mi ahijado. ¿Dónde está mi hermano?
—Arriba— contestan todos juntos.
Elissa sube la escalera y se detiene a mitad de camino para decirnos—Están invitados a ir conmigo si desean, es en la tarde, así que pueden ir al cine.
Los tres habladores que tengo enfrente suspiran.
—Mejor no hablemos más del tema — sugiere Laura.
—¿No huele a quemado?— pregunto porque el olor está entrando fuertemente en mis fosas nasales.
Resulta que Daniela le había dado la máxima potencia al horno y solo necesitaba 10 minutos para cocinarse, por lo que pasados estos, el pollo comenzó a quemarse.
Los hermanos Harrison al ver el humo expandirse por la casa bajaron corriendo a ver qué sucedía, Elissa tuvo que empezar a cocinar de nuevo y Chris a ayudarla en todo.
Los socios de nuestros padres llegaron un poco tarde así que la junta demorará, eso nos deja en ventaja para terminar y que esté todo listo a tiempo.
—Terminé— avisa Elissa saliendo de la cocina—Voy a alistarme.
—Nosotras también— secunda Laura levantándose junto a Daniela.
—Si mi hermana cocinara en casa iríamos a la ruina— dice Christopher aún riéndose de su hermana que estuvo 1 hora sin hablar al ver su desastre de comida.
—Pollo a la Daniela, se merece una estrella Michelin— se une Mike.
—Tranquilos, lo mínimo que pasará al comerlo, será una pequeña ingesta de 10 días— les sigo, haciendo el anuncio del pollo quemado.
Pasa una hora y las chicas aún no bajan cuando mamá me escriben avisando que ya vienen de camino.
—Ya salieron de la junta, vienen para acá— les comunico a los chicos
—Bueno ya que las señoritas no quieren bajar, te toca ir Rafa— tuerzo los ojos en respuesta porque si digo que no, comenzarán a fastidiar.
Voy subiendo la escalera y escucho sus risas y voces.
—Baila fenomenal Lisa, teníamos que haber grabado cuando bailaron bachata— escucho decir a Daniela.
—Siii... se veían tan tiernos, aww ¿Cómo se llama? Manuel ¿no?— pregunta Laura.
—Marco, Laura, se llama Marco— contesta la castaña cansada.
¿De qué Marco estarán hablando? ¿Salieron anoche? Da igual, solo vine a buscarlas.
Toco la puerta y Dan es la que abre.
—Oye quema pollo— le digo provocando que se sonroje—Ya vienen nuestros padres, bajen.