Laura
Me despiertan los gritos, se de dónde vienen porque no es la primera vez que los escucho. Abro la puerta de su habitación y ahí está, las lágrimas empapan su hermoso rostro y tiembla, todo su cuerpo tiembla.
—Cariño... cariño despierta es una pesadilla...— le digo, no me atrevo a tocarle...
Abre los ojos y me mira, mi corazón se rompe al ver sus ojos ya rojos inundarse en lágrimas otra vez. Se lanza a mis brazos y llora desconsoladamente. Siento que su cuerpo se desvanece en mis brazos y le miro, se está desmayando.
—Esto es raro— susurro corriendo a llamar a alguien.
—¡Edward... Edward!— grito lo más alto que puedo hasta que aparece en la puerta congelándose al ver a uno de sus hijos inconsciente.
No se cómo me las arreglo para arrastrarle fuera del cuarto. Al salir los veo a todos afuera preocupados, los gritos los deben haber despertado. Christopher reacciona y rápidamente le carga.
—¡Hay que ir a una hospital, ya!— doy un grito de frustración.
—Vayan en el jeep, los demás vamos en las motos— me avisa Daniela bajando las escaleras junto a mi.
Des soslayo observo a mi tío que aún está pasmado en la puerta.
—No salgas de aquí, yo te llamo, tío— le digo.
Me subo al jeep no sin antes decirle a la pelinegra que llame a sus padres. Miré por el espejo retrovisor y le vi aún inconsciente en el asiento trasero. Llegamos al hospital en menos de cinco minutos.
—Por favor, joven de 20 años inconsciente, necesito una camilla— grito entrando al hospital.
Los paramédicos corren hasta mí con una camilla y le suben, siento las motos acercarse.
—Solo puede pasar un acompañante, los demás deben quedarse en la sala de espera— nos indica una doctora.
Decido entrar yo, debido a que todos están en shock, incluyendo al mellizo restante.
—¿Por qué gritaba?— pregunta Rafa con el ceño fruncido.
—Estaba teniendo pesadillas— respondo rápido y espero no pregunten más.
—¿Y por eso se desmayó?— ahora inquiere Dan muy preocupada.
—No lo sé, se despertó y me abrazo, al momento se desmayó.
—Es... raro— habla Chris por primera vez en el día.
—Lo es— coincido.
Mis primos han pasado tantas cosas malas en su vida, que quisiera que no tuviera nada. Anoche estábamos tan bien bailando en la playa y ahora en mi mente solo se repite una pregunta ¿Cómo de sonrisas y fiestas pasamos a estar en una sala de espera rezando que todo salga bien?
Me llaman en la recepción y entro a la sala que me indican. Observo cómo le acuestan en la camilla y comienzan a hacerle análisis. Los doctores aún tienen el ceño fruncido desde que les conté lo que sucedió.
—¿Disculpe usted que parentesco tiene? — pregunta una doctora... me fijo en su identificación Dra. Julia Clark.
—Su prima.
—¿Puede responder algunas preguntas?
—Por supuesto— respondo dándole una mirada a la persona que descansa en la camilla, pensando que necesito ver el azul eléctrico de esos ojos de nuevo.
Me hace una serie de preguntas, respondo cada una sin titubear...—Bien Srta. Harrison, muchas gracias ¿Sabe si su prima toma algún no anticonceptivo?
—Sí, si toma... ¿está insinuando que...?— no terminó moviendo mis manos porque la idea me aterra.
—No señorita, pero no podemos descartar ninguna opción.
—¿Cuando despertará?— pregunto.
—No lo sé, pero necesitaremos que sea pronto para hablar con ella, ahora si me disculpa— me dice la doctora caminando hacia el pasillo.
Mi teléfono vibra en el bolsillo...
Chris <3:
¿Todo bien? ¿Ya despertó? Estamos muy preocupados. Nos quedaremos hasta saber noticias.
Lau:
Aún no despierta, le están haciendo algunos análisis.
Apago el teléfono y le observo su piel esta mas pálida que nunca y sus labios pierden el color... Es todo como un deja vu , pero no, ellos no pueden haber...
La doctora Clark aparece en mi campo de visión y me dice:
—Srta. Harrison ¿podemos hablar un momento?
—Por supuesto, dígame.
—La paciente tiene anemia ferropénica— hace una pausa y eso solo me preocupa más—Esto ocurre cuando el cuerpo no tiene la cantidad de hierro suficiente. El hierro ayuda a producir glóbulos rojos. Provoca desmayos, agotamiento del cuerpo, pitidos en los oídos, entre otras. Se puede recuperar con la dieta y los medicamentos correctos.
»El objetivo será restaurar los parámetros hematológicos alterados además de reponer los depósitos de hierro. El tratamiento puede ser extenso, puede durar hasta seis meses, pero le recetaré el más ligero... es efectivo si se cumple adecuadamente.
Asiento leyendo el nombre de los medicamentos en el certificado que me entregó.
—¿Sabe ya la razón por la cual no despierta?— inquiero.
—No lo sé a ciencia cierta. Quizás su organismos está agotado por la falta de hierro. En cuánto despierte y le haga algunas preguntas le daremos de alta. Nos vemos luego.
Salgo con ella a avisarle a los chicos, que están sentados en la sala de espera.
—¿Qué sucede?— pregunta Rafael en cuanto me ve.
— ¿Está bien?— indaga Dan preocupada.
Chris y Mike me miran a la espera.
—Tiene anemia ferropénica. No sabemos la causa del por que sigue inconciente, pero pueden irse a casa, en cuánto despierte le darán de alta.