Rafael
—Es imposible— dice Marco.
—¿Cómo le haremos?— secunda Chris.
—¿Sara habrá contado la cantidad de personas que somos?— inquiere Elissa guardando sus gafas de sol.
—Creo que no— hablo por primera vez.
—Bien hagamos esto. Chicos en una habitación, chicas en otra— propone Laura.
—Yo no dormiré con Rafa— comenta Chris riendo.
—¿Me puedes dejar terminar, Christopher?— le pregunta y este asiente, haciendo un mohín ya que lo ha llamado por su nombre completo—Los chicos dormirán en esta habitación y Daniela dormirá con Mike ¿Todos de acuerdo?
—Solo si prometen no hacer cosas sucias— les dijó Marco entrecerrando sus ojos en dirección a la pareja.
—No lo prometo— responde Daniela abriendo su maleta.
—Venga, nos vemos en dos horas— comunica Elissa saliendo de nuestra habitación seguida de las demás.
No han pasado cinco minutos y ya sentimos la música proveniente de la habitación de las chicas.
—¿A dónde iremos?— pregunta Mike.
—A recorrer Cancún— opina su novia provocando que todos le aplaudamos su gran idea.
—No entiendo por que vienes en traje, se supone que estamos de vacaciones— dice extrañado Chris a Mike.
—Es la costumbre— contesta Marco causando que le mire burlón, ya que él odia los trajes—Mi abuelo era así.
—Ya me voy a cambiar— entra al baño de la habitación y Daniela ha seguido su rastro.
Marco y yo compartimos una mirada encaminándonos hasta ella.
—Entra Daniela.
—Sii, ayuda a tu novio a vestirse.
Comenzamos provocando que una sonrisa se forme en los labios de la pelinegra.
—Chicos no hagan eso, es mi hermana menor— dice Chris fingiendo terror.
—No es una santa ¡entra a ese baño Banner!— ordeno y Marco me sigue.
—Daniela no te atrevas— la mencionada se levanta sin quitar la vista de su hermano adentrándose en el baño.— ¡Daniela!
—Vamos para la habitación de las chicas aquí se volverá prohibido en unos minutos.
Nos acercamos a la puerta y vemos a uno de los conserjes dirigirse a la habitación de las chicas.
—Hey, no se preocupe nosotros nos encargamos— le dice Marco.
—Por favor, necesito bajen la música. Muchos de nuestros clientes se han quejado— pide el hombre.
—Nosotros nos encargamos— insiste y el hombre da media vuelta.
—No quiera usted conocer la furia de Mia y Betty— susurra Chris.
—¿Dijo algo, joven?— pregunta el hombre girándose otra vez.
—Que tenga un buen día— aclaro mientras este asiente con la cabeza.
Abrimos la puerta y la música se intensifica. Recorro el lugar y veo a tres chicas saltando en la cama pasándose una botella de tequila.
Busco a la cuarta y la encuentro saliendo del baño acomodándose el vestido de playa. Su sonrisa se ensancha al vernos.
—¿Y mi hermano?— pregunta al no verlo.
—Haciendo cosas prohibidas con mi hermana— responde Chris.
—Dice el conserje que bajen la música— les comunica Marco tomando de la botella.
—Ya lo dije. Pero ellas quieren que nos saquen del hotel— replica Elissa recibiendo el trago.
—Que se atrevan y conocerán la furia Thorne— dice Mia quitándole el tequila de las manos a su amiga.
—Como decía...
—¿Nos vamos?— grita Daniela entrando por la puerta.
—Wow. Que rapidez.
En respuesta le enseña la lengua a su hermano.
—Bien ¿a dónde iremos primero?
—Nosotras hicimos una lista— comenta Mía.
Todos corremos a leerla.
—Que hermosa lista, chicas ¿Solamente iremos de compras?
Asienten efusivamente ante mi pregunta.
—Mia, Betty. Solo podemos ir a los centros cercanas. No tenemos un auto para recorrer la ciudad— explica Laura.
Pero la sonrisa de ambas rubias se mantiene.
—De hecho no— levanta unas llaves en el aire—Tenemos a nuestra disposición una GMC.
Los ojos de la melliza se iluminan.
—Votos a favor— todos alzan las manos—A recorrer Cancún, se ha dicho.
Elissa va manejando y yo de copiloto. Detrás nuestro está Marco en medio de las dos rubias locas.
—I just wanna be there where you are— canta la chica a mi lado.
—And I gotta get one little taste— le sigo.
—Sugar, yes please. Won't you come and put I down on me. Im right here, cause I need... little love, a little sympathy— cantamos o prácticamente gritamos todos. Incluso se escucha un fuerte YEAH de parte de Chris.
—Chicas ¿es ese?— pregunta Elissa señalando una tienda. Chillan afirmativamente.
Así pasamos toda la tarde, caminando de tienda en tienda y cantando en el auto. Llenando la parte trasera de la GMC de bolsas de diferentes marcas y tamaños.
—Rafa, ven aquí— me llama la castaña que se encuentra en el ala de perfumes—Ten.
Me entrega una bolsa... que contiene mi perfume favorito.
—Lisa, no puedo aceptarlo. Es tu cumpleaños yo debería regalarte algo.
En su lugar ella me regala una cálida sonrisa—Acéptalo, el mejor regalo de cumpleaños es que estés aquí.
Camina mirando el resto de perfumes.
—¿Sabes cuál es el favorito de Marco?— pregunta.
—Normalmente usa colonias, pero su favorito era el Sauvage— se gira a la chica del mostrador pidiendo el perfume—¿Cuál es el tuyo, Elissa?