Pétalos marchitos
arrancados por el viento.
Silencio genuino
no impuesto.
Temores cumplidos;
no más inciertos.
¿Hacia dónde corriste mi muñeca?
¿En dónde lanzas ahora tus chillidos de alegría e inocencia?
¿Me extrañaste en tu camino en solitario?
Espero que no.
Porque extrañarte duele
y
yo a ti te he extrañado todo el tiempo.