Con una música sublime
Dos luciernagas fueron esparciendo
En los jardines de mi alma
Semillas de las flores mas hermosas
Aqui aveces conversamos
Aveces solo permanecimos en silencio
Rodeados del verdor de la hiedra,
El canto del petirojo,
la fuente en el centro,
las ardillas, los conejos y los zorrillos
Hoy que te has ido
magicamente las rosas se han marchitado,
la hiedra está seca,
el petirrojo ha buscado otro nido,
de la fuente ya no emana agua
y los otros se han ido.
Solo quedé yo;
sentada sobre una rama seca
que no tardó en quebrarse y dejarme caer.
Éste jardín nadie más pisará
cierra la puerta, entierra la llave y este amor podrá descansar.
Dic/2017