Habían transcurrido ya cuatro meses desde nuestro primer encuentro.
Caminaste muy alegre hacia mí, me contaste que te le ibas a declarar a una persona la cual llevabas enamorada hace tiempo. Había preguntado quién era, pero te limitaste a responderme con cortas palabras.
--No preguntes tan fuerte. Es un pequeño secreto-- reíste levemente mientras colocabas tu dedo índice sobre mis labios.
Niña, ¿no te han enseñado que es mala educación dejar a una persona con la duda?
¿Por qué me sentía de esta manera? No comprendía el porqué me dolía verte tan animada.
¿Quién era ese hombre que te cautivó?