Había escuchado ciertos rumores sobre ti y estos terminaron siendo verdaderos.
Me contaste nuevamente que en menos de dos días te le ibas a confesar a dicho hombre cuyo rostro aún no conocía.
Basta. ¿No ves qué esto me está haciendo daño? No muestres esa felicidad, que me hace sentir peor por ser un egoísta.