--¡Hey! ¿Me estás escuchando?-- volteé a verte confundido e hiciste un gesto que me generó gracia --¿Qué? ¿Traigo algo en mi cara? ¿Volviste a pensar en ese sueño?
--No, no es nada de eso, ¿qué era lo que decías?-- suspiraste levemente.
--No era mucho. Solamente quería saber qué dulce prefierías hoy.
--Te quiero a ti-- me acerqué y besé delicadamente tus labios recibiendo un leve golpe en mi pecho.
--No hablaba de eso, bobo. Pero también te quiero a ti.
De algún modo comencé a tener la absurda idea de que tenías un gran parecido a esa persona. Aunque era algo imposible, desde hacía tiempo no sabía nada de ella. Por ahora me fijaría en el presente, en el cual pertenecemos tú y yo.