Ya habían pasado cinco meses desde que dio inicio nuestra relación, justamente ese día se cumplía el sexto mes. Me habías invitado a tu hogar para que por fin conociera a las personas más importantes de tu vida, tu prima y abuela.
Estabas demasiada contenta, estaba del mismo modo, sólo que en cierta parte la inseguridad me inundaba con tan sólo pensar el hecho de que no les pudiera agradar.
--Claro que les caerás bien-- me susurraste al oído --. Así que no te preocupes, ten por seguro que te amarán.
Intentaste animarme antes de tocar el timbre de la casa.