Luego de que habían transcurrido dos semanas, el día había llegado. Todos los alumnos se encontraban subiendo al autobús para ir en dirección hacia la tan aclamada excursión.
Entre todos los asientos elegimos los primeros. Nos sentamos juntos con la intención de hacer plática. Mas en aquel momento tus párpados se cerraron. Recargaste tu cabeza sobre mi pecho, escuchando el latido de mi corazón. No sé si para ti fue como una canción, ya que eso te dio una ensoñación.
Me gustaría estar así por siempre, me siento afortunado por tenerte.