Rayo De Sol

Cuarenta y cuatro

--Entonces decidiste quedarte con ninguno de ellos dos-- hablaste luego de escuchar mi anécdota --. ¡Te puedes quedar conmigo todo el tiempo que deseas!

Tu emoción sobrepasa más que la mía, por supuesto que quería, pero no sabría cómo sería la reacción de los demás presentes.

--No quisiera ser una molestia para tu familia-- repliqué.

--Nunca lo serías. Siempre eres bienvenido a nuestro hogar, porque para nosotros ya formas parte de ella-- tomaste de mis manos transmitiendo tu calor corporal --. Quédate al menos el tiempo que necesites para buscar un apartamento.

Siempre provocas ese hechizo en mí con aquella mirada la cual no me puede resistir. ¿Qué hiciste para tenerme así?

--Está bien-- celebraste mientras me abrazabas como si fuese un oso de peluche.

--Me alegra que aceptaras. Vamos a poder hacer muchas cosas, mi abuela y yo te prepararíamos muchas tortas, porque sé que te gustó mucho la anterior. Así que vámonos a casa-- me agarraste de la mano para entrelazarla con la tuya.

Jamás pensé que serían las últimas veces que pudiéramos tenerlas unidas.
 



#21611 en Otros
#1655 en No ficción
#6438 en Relatos cortos

En el texto hay: romace, historiacorta, amor

Editado: 23.02.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.