Estoy de nuevo aquí frente a ti, recordando todos los momentos que dichosos que pasé a tu lado. Retiré mis lágrimas y me levanté del suelo sin antes dejar el ramo de girasoles. Sabía que te gustaban, ya que de niña me contaste que eran tus flores favoritas.
--Hasta pronto pequeña, gracias por todo. Por enseñarme lo que es amar, por darme razones para vivir, por dejar ver que hay algo especial en mí. Espero que ahorita estés conociendo el mundo. Te amo demasiado.
Habías sido como un rayo de sol, con tu sonrisa iluminaste y diste calidez a mi corazón.