Diana
En la mañana me levanté con el resplandor del sol en el rostro, debía vestirme y bajar, en pocas horas será el casamiento de Silvia, tenía tantas ganas de que llegara la noche, es cuando mi madre y Gor vienen al castillo, pero también me estaba afligida, porque sabía que cuando terminara este día, pasaría mucho tiempo antes de volverlos a ver.
Igual que cada día, tomé un baño y María me vistió con un hermoso vestido. Bajé al jardín donde se efectuaría la ceremonia, ahí estaban varios elfos y elfinas de un lado, y del otro toda la familia real portando sencillos, pero elegantes atuendos, aún no me acostumbraba a que tenía que pararme junto a ellos, pero tenía que hacerlo. En el centro había una larga alfombra roja que terminaba donde había un arco nupcial con flores y enredaderas, junto a este estaba Oliver esperando por Silvia. De repente una elfina comenzó a tocar el violín y Silvia venía caminando sobre la alfombra acompañada por el rey, estaba tan hermosa y su sonrisa más radiante que nunca, me sentí muy feliz por ella. El rostro de Oliver estaba tan inexpresivo como siempre, pero en sus ojos se notaba el amor y eso es suficiente.
La ceremonia se llevó a cabo, por fin Silvia y Oliver estaban casados, al final nos sirvieron copas de vino e hicimos un brindis por los novios, a mi lado estaba Melisa – Mírala, tan feliz, siempre obtiene todo lo que desea – Me dijo murmurando – Incluso, el amor de nuestros padres es ella quien lo tiene, porque Ice, Fire y yo somos invisibles para ellos – Ignoré su comentario, pero sentí lástima por ella y la envidia que sentía, tal vez por eso es siempre tan cruel y sin escrúpulos.
Todos fuimos al salón principal del castillo, es donde estaríamos celebrando, tenía tantas ganas de que mi madre y Gor entraran por la puerta, pero supongo que todavía faltaban algunas horas para eso. Me acerqué a la mesa bufet y me serví una copa con vino, entonces me percaté de que a mi lado estaba el hijo de Orbom, mi medio hermano sirviéndose una copa también
Su frase borró la sonrisa de mi rostro y él se marchó, bebí un sorbo de vino para que este mal sabor de boca desapareciera, al parecer en este lugar no todo el mundo es amable. Entonces Silvia vino hacia mí emocionada y me dio un abrazo sin motivos haciendo que olvide todo lo anterior
Luego de pasar casi toda la tarde bailando, María, mi mucama, se acercó a mí
Entonces volví a mi habitación con María, es tan agobiante esto. La bañera estaba preparada con pétalos de rosas en el agua, donde me di un baño. Luego me paré en la plataforma donde María me puso un vestido de color verde oscuro con flores plateadas de adorno en la saya. Me senté delante del tocador y recogió mi cabello con adornos plateados que portaban pequeñas esmeraldas, me puso un colgante de esmeraldas extravagante, en mis muñecas colocó varias pulseras y anillos plateados en cada uno de mis dedos. Pintó mis ojos de color gris, alrededor colocó pequeñas piedrecitas blancas y mis labios los pintó de un rojo intenso. Cuando terminó me miré al espejo, por más que busqué en el reflejo, no me pude encontrar.
Cuando bajaba las escaleras me encontré con el rey y me miró asombrado
Editado: 15.01.2022