Raza Valiente

Capítulo VI

Diana

En la mañana me levanté con el resplandor del sol en el rostro, debía vestirme y bajar, en pocas horas será el casamiento de Silvia, tenía tantas ganas de que llegara la noche, es cuando mi madre y Gor vienen al castillo, pero también me estaba afligida, porque sabía que cuando terminara este día, pasaría mucho tiempo antes de volverlos a ver.

Igual que cada día, tomé un baño y María me vistió con un hermoso vestido. Bajé al jardín donde se efectuaría la ceremonia, ahí estaban varios elfos y elfinas de un lado, y del otro toda la familia real portando sencillos, pero elegantes atuendos, aún no me acostumbraba a que tenía que pararme junto a ellos, pero tenía que hacerlo. En el centro había una larga alfombra roja que terminaba donde había un arco nupcial con flores y enredaderas, junto a este estaba Oliver esperando por Silvia. De repente una elfina comenzó a tocar el violín y Silvia venía caminando sobre la alfombra acompañada por el rey, estaba tan hermosa y su sonrisa más radiante que nunca, me sentí muy feliz por ella. El rostro de Oliver estaba tan inexpresivo como siempre, pero en sus ojos se notaba el amor y eso es suficiente.

La ceremonia se llevó a cabo, por fin Silvia y Oliver estaban casados, al final nos sirvieron copas de vino e hicimos un brindis por los novios, a mi lado estaba Melisa – Mírala, tan feliz, siempre obtiene todo lo que desea – Me dijo murmurando – Incluso, el amor de nuestros padres es ella quien lo tiene, porque Ice, Fire y yo somos invisibles para ellos – Ignoré su comentario, pero sentí lástima por ella y la envidia que sentía, tal vez por eso es siempre tan cruel y sin escrúpulos. 

Todos fuimos al salón principal del castillo, es donde estaríamos celebrando, tenía tantas ganas de que mi madre y Gor entraran por la puerta, pero supongo que todavía faltaban algunas horas para eso. Me acerqué a la mesa bufet y me serví una copa con vino, entonces me percaté de que a mi lado estaba el hijo de Orbom, mi medio hermano sirviéndose una copa también

  • Un día encantador ¿cierto? – Dije para liberar tenciones, pero no obtuve respuesta – Lo siento, cuando nos presentaron, el rey olvidó decirme tu nombre
  • Herion – respondió a secas –
  • Mucho gusto Herion – dije amablemente, entonces volteó a mirarme con un rostro serio –
  • Por favor, la próxima vez que coincidamos en el mismo lugar, no me dirijas la palabra

 

Su frase borró la sonrisa de mi rostro y él se marchó, bebí un sorbo de vino para que este mal sabor de boca desapareciera, al parecer en este lugar no todo el mundo es amable. Entonces Silvia vino hacia mí emocionada y me dio un abrazo sin motivos haciendo que olvide todo lo anterior

  • ¡Estoy tan feliz! – Exclamó –
  • Lo sé, y me alegro mucho por ti, espero que seas muy feliz con Oliver – Dije devolviéndole el abrazo –
  • Gracias – La banda comenzó a tocar música alegre y todos comenzaron a bailar y dar palmadas mientras las elfinas movían sus vestidos y daban saltos al ritmo de la música – ¡Vamos a bailar Diana, quiero que hoy sea el mejor día de mi vida – Dijo Silvia halándome del brazo, el alcohol ya estaba haciendo efecto en su organismo y me dejé llevar por ella –

 

Luego de pasar casi toda la tarde bailando, María, mi mucama, se acercó a mí

  • Señorita, debemos subir a prepararla para el baile en la noche – Dijo –
  • Pero, si ya estoy preparada – respondí –
  • No señorita, debe usar algo más elegante, volvamos a su habitación

 

Entonces volví a mi habitación con María, es tan agobiante esto. La bañera estaba preparada con pétalos de rosas en el agua, donde me di un baño. Luego me paré en la plataforma donde María me puso un vestido de color verde oscuro con flores plateadas de adorno en la saya. Me senté delante del tocador y recogió mi cabello con adornos plateados que portaban pequeñas esmeraldas, me puso un colgante de esmeraldas extravagante, en mis muñecas colocó varias pulseras y anillos plateados en cada uno de mis dedos. Pintó mis ojos de color gris, alrededor colocó pequeñas piedrecitas blancas y mis labios los pintó de un rojo intenso. Cuando terminó me miré al espejo, por más que busqué en el reflejo, no me pude encontrar.

Cuando bajaba las escaleras me encontré con el rey y me miró asombrado

  • Te ves hermosa Diana – Me ofreció su brazo y lo tomé – Tu belleza opacará a la privilegiada de la noche – Dijo mientras caminábamos al salón principal –
  • La belleza de Silvia es incomparable – respondí – Por cierto, mi señor, quisiera aprovechar el momento para preguntarle si los elfos oscuros han vuelto a atacar la aldea
  • Sí, hicimos todo lo posible, pero no pudimos evitar que secuestraran a otra hada – respondió –
  • Oh, entiendo, quisiera que todo esto terminara – Dije con pesar, el rey se paró delante de mí y con su mano en mi mentón levantó mi rostro –
  • Te prometo que la próxima vez no fallaremos, todo va a terminar más pronto de lo que crees – sonreí con sus palabras, que por algún motivo me daban esperanzas –
  • Gracias, mi rey
  • No sé cuántas veces debo pedirte que me llames tío, recuerda que eres de la familia ahora – el rey miró hacia la entrada – Hablando de familia



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En el texto hay: secretos, magia, sobrenaturales

Editado: 15.01.2022

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