Dafer
Fui a la habitación de Diana en la madrugada, es necesario seguir entrenándola. Me encontré con la puerta abierta, lo que me pareció extraño y entré, me acerqué a la cama y Diana no estaba ahí, en su lugar había una belladona, esta planta es el sello de los elfos oscuros, ellos estuvieron aquí e imagino tienen a Diana.
No perdí más tiempo y corrí a avisar a Orbom, toqué la puerta de su habitación con tanta fuerza que faltó poco para derrumbarla
Cuando avisamos al rey, le mostré la belladona y este la desmoronó con su mano, estaba furioso, conozco a mi hermano y sé que no dejaría que le robasen su más poderosa arma – Vallan a buscarla, no sabemos lo que quieren, procuren no fallar, tengo otros planes en mente y no quiero iniciar una guerra ahora – Fueron las órdenes del rey. Ambos salimos del castillo y fuimos en busca de Diana en nuestros unicornios. Cuando estábamos llegando a la fortaleza de los elfos oscuros, yo comencé a avanzar a pie, escondiéndome de los guardias. El plan era que Orbom fuera recibido por la reina y que la distrajera fingiendo hacer un trato con ella, mientras yo buscaba a Diana en los calabozos, yo sabía dónde podrían tenerla, ya pasé por esto una vez.
Entré por una de las ventanas, escuché a Orbom hablando con la reina en el salón del trono y yo seguí mi camino hacia el sótano burlando a los guardias. Miré dentro de cada prisión hasta que la encontré, estaba sentada en el suelo con su cabeza sobre las rodillas
Rompí el grillete en el cuello de Diana, tomé su mano y salimos corriendo – ¿Sabes a dónde vamos? – preguntó – Hay una puerta en el final del castillo, la última vez que estuve aquí casi escapo por ahí, pero no lo logré – Respondí – ¿Y crees que sea buena idea? – mientras íbamos por los corredores, dos elfos nos vieron, venían hacia nosotros y ahora debo pelear con ellos. Empujé a Diana adentro de una habitación cuya puerta era solo una cortina y desenvainé mi espada.
Diana
Dafer me empujó y caí dentro de una habitación, escuchaba el sonido de las espadas que provenían de afuera. Me levanté del suelo y me sorprendí cuando noté que en la pared del fondo había un gran círculo de metal y en el centro de este había una elfina oscura, estaba inconsciente, sus extremidades estaban sujetas por cadenas y su largo cabello negro cubría su cuerpo desnudo, supuse que era una prisionera. Había una mesa con un libro abierto, me acerqué y vi que estaban haciendo algún tipo de experimentos, parecía magia oscura – ¡Diana, debemos irnos! – Dijo Dafer – Espera… – Quería averiguar lo que estaban haciendo, pero Dafer agarró mi muñeca y salimos corriendo – ¡No hay tiempo, nos descubrieron! – exclamó.
Orbom
Entonces se escuchó un grito – ¡Se están escapando! – Parece ser que descubrieron a Dafer – ¿¡Qué está sucediendo!? – Exclamó la reina levantándose del trono de un salto – Al parecer, no será necesario un trato ni una guerra, con su permiso, mi señora – Hice una reverencia y salí corriendo con una sonrisa en mi rostro – ¡Atrápenlo! – La reina dio un grito furioso.
Salí del castillo huyendo de los guardias y me encontré con Dafer y Diana – ¡Debemos llegar a donde están los unicornios! – exclamó Dafer, entonces miré hacia la entrada del castillo, un elfo oscuro me apuntaba con su arco y flecha desde ahí – ¡Padre! – Diana dio un grito desesperado, corrió hacia mí y abrazó mi cuello, se interpuso en el camino de la flecha, escuché su gemido de dolor en mi oído, me quedé paralizado y sujeté su cuerpo que ya no podía sostenerse por sí solo, miré sus ojos con desentendimiento ¿Por qué haría algo así? Partí la flecha clavada en su espalda y la recosté en mi regazo. Dafer corrió hacia el elfo oscuro esquivando sus flechas y con su espada, cortó su cabeza - ¡Llévatela, eres el más rápido de ambos! – exclamó. Tomé a Diana en mis brazos y comencé a correr hacia los unicornios, sus ojos estaban cerrándose - ¡Resiste Diana, resiste! – repetí una y otra vez hasta que perdió la conciencia.
Llegué al castillo y con pasos rápidos entré con Diana en mis brazos
Editado: 15.01.2022