Capítulo XIII
Umbolrt
En la mañana me levanté con júbilo, pues hoy recibiré a mi más fiel espía y guerrero después de veinte años, estoy ansioso por escuchar las noticias que me trae. Antes de salir de la habitación besé la frente de mi amada esposa que reposaba sobre la cama.
Llegué al salón del trono y me senté en mi sede, en solo unos minutos apareció quién tanto esperaba
- Mi rey – dijo arrodillándose frente a mí – Es un honor estar de vuelta
- El honor es todo mío – Dije – ¿Cuándo llegó, Salazar?
- Ayer en la noche – se levantó y comenzó a mirar a sus alrededores – El castillo no ha cambiado desde la última vez que lo vi
- Supongo que se equivoca, muchas cosas han cambiado
- ¿A qué se refiere?
- Vallamos a la sala de reuniones, lo pondré al tanto
Ambos nos dirigimos a la sala de reuniones, una vez ahí, serví dos copas de vino y cada uno se sentó en un extremo de la larga mesa
- Entonces, mi señor, decía que muchas cosas han cambiado desde que me marché – Dijo Salazar –
- ¿Por dónde comenzar? – Suspiré e intenté ser lo más breve posible – Conoces que mi hija Silvia tenía un romance con Oliver, pues hace tres años ambos se casaron, sin embargo, la felicidad no fue duradera, a la mañana siguiente apareció mi hija Melisa asesinada en el salón del trono y Dafer atrapó a Oliver intentando escapar, enseguida supuse que había sido él, así que ordené a que lo ejecutaran
- Lo siento mucho señor – Dijo sorprendido –
- Yo lo siento aún más por mi esposa, un tiempo después cayó en cama y hasta hoy no ha podido recuperarse – bebí un sorbo de vino – temo por su vida cada día que despierto a su lado
- Desde luego muchas cosas han cambiado, pero no debemos mirar al pasado ahora, le traigo noticias muy preocupantes – Dijo Salazar – En estos veinte años que estuve conviviendo entre los elfos oscuros haciéndole creer a la reina que era un traidor de Digglespo, descubrí algo terrible
- ¿Qué es lo que sucede?
- Hace veinte años alguien enterró el cuerpo de un híbrido bebé en el bosque oscuro y la reina lo encontró, fue entonces cuando usted aceptó el trato de que se llevara un hada cada año de la aldea. La reina ha utilizado la energía vital de esas hadas para revivir a la híbrida a través de magia oscura, no lo ha logrado hasta ahora porque usted le dio el permiso de solo cazar hadas débiles, pero está muy cerca de conseguir su objetivo – La ira en mí iba creciendo a media que avanzaban las palabras de Salazar – Si consigue a un hada poderosa, podrá revivir a la híbrida, y no cabe duda de que, con un aliado tan poderoso, atacará al reino – Cuando escuché esto di un grito de furia y me levanté aventando mi copa de vino contra la pared – Mi rey, debe calmarse y pensar con claridad para encontrar una solución – Entonces cerré mis ojos y suspiré –
- ¡Yo le prohibí a los elfos oscuros cazar durante estos dos años, pero se suponía que volverían hacerlo en los próximos días! – Me apoyé con mis manos en la mesa y pensé por un momento – reforzaré la vigilancia en la aldea y quiero tropas a toda hora en los alrededores, no podemos dejar que se lleven a otra hada
- Concuerdo con usted señor, los elfos oscuros no podrán contra nuestras tropas
- Si algo llegara a suceder y logran su objetivo, Diana nos será muy útil
- ¿Diana? – preguntó –
- Es la hija bastarda de mi hermano Orbom, es una híbrida, y si la reina de los elfos oscuros llega a revivir a aquella otra híbrida, Diana será su oponente – respondí –
- Sí, Diana, la conocí ayer – Dijo –
- ¿La conociste?
- Ayer cuando llegué, dejé mi unicornio en el establo, entonces la vi tratando de conseguir uno y pensé que era muy hermosa, así que…
- Espera – Dije interrumpiéndolo – ¿Qué hacía Diana en el establo tratando de conseguir un unicornio?
- Dijo que usted la había enviado a una misión secreta, así que le ofrecí mi unicornio
- ¡Pero yo no la envié a ninguna misión!
- Lo siento mi señor, pero eso fue lo que ella dijo
Siento que cada día pierdo un poco más a Diana y no puedo permitirlo. Sin ella ninguno de mis planes tendrá éxito, soy capaz de hacer cualquier cosa para retenerla a mi lado. Caminé con decepción hacia el trono y me senté en él al mismo tiempo que ordené a uno de mis guardias llamarla, esperé unos minutos con Salazar de pie a mi lado.
Diana entró confundida al salón y llevaba aún su camisón de dormir, entonces la confusión en su rostro se borró cuando notó la presencia de Salazar
- Imagino por qué me está llamando – Dijo –
- ¿Estabas durmiendo aún? ¿Estuviste despierta hasta muy tarde?
- Lo siento mi rey, yo solo…
- Supongo que ya conoces a mi más fiel caballero, su nombre es Salazar – Dije señalándolo – Me lo contó todo, incluso como le mentiste utilizando mi nombre
- Mi señor, le aseguro que no hubo maldad en mis actos, yo solo quería…
- Primero, sabías que había un intruso en el castillo y no lo informas – Volví a interrumpirla – y ahora esto ¿Acaso estás escondiéndome algo?
- ¡No! – exclamó exaltada –
- ¡Entonces exijo una explicación! – exclamé –
- Mi rey, perdóneme, pero no creo que necesite su autorización para salir del castillo, después de todo, estoy aquí por mi propia voluntad – Las osadas palabras de Diana me dejaron perplejo y lo peor es que no podía debatírselo – pero la verdad es que quería ir a la aldea, a donde está mi madre, pero me perdí en el bosque y no pude llegar
- ¿Por qué querrías ir a ver a tu madre? – pregunté – La viste hace dos días
- Aunque no es suficiente verla solo una vez en el año, no quería visitarla solo porque la extrañara – respondió – Verá, ayer en la noche desarrollé otra habilidad – Cuando dijo esto me acomodé en el trono y comencé a prestarle mayor atención – Quería que mi madre fuera la primera persona a la que se lo mostraría
- Pero, ahora que estás aquí ¿Quieres mostrarme tu nueva habilidad? – Dije dejando de lado todo lo que había pasado y Diana sonrió –
- Claro