Raza Valiente

Capítulo XVI

Silvia

Dafer y yo llegamos a la aldea de los hechiceros, nunca había estado aquí, de hecho, nunca he estado más allá de las fronteras de Digglespo. Los hechiceros son realmente extraños y de mirada fría. Nos detuvimos frente a una pequeña casa de madera y algo desaliñada, Dafer llamó a la puerta, una anciana nos recibió y nos invitó a entrar

  • ¿A qué se debe la visita de la hija y el hermano del rey? – preguntó la mujer –
  • Prefiero que nos vea como amigos de Diana, venimos a pedirle un favor de parte de ella – respondió Dafer –
  • ¿Qué es lo que necesitan?
  • Es Silvia, mi sobrina, su cuerpo fue invadido por el alma de una elfina oscura y queremos deshacernos de ella
  • Ven aquí – Dijo la anciana extendiendo las manos hacia mí y sujetó las mías – Oh, querida, el mal es peor de lo que pensaba – La hechicera me miró profundamente a los ojos – Puedo verla estremeciéndose dentro de ti, con ansias de salir
  • ¿Qué es lo que debo hacer? – pregunté con desesperación –
  • Esta elfina está aferrada a la vida por una razón – Dijo soltando mis manos – Debes acabar con esa razón y ella te liberará para ir detrás de lo que es tan importante – Luego de sus palabras, pensé por unos segundos –
  • ¿La razón podría ser amor? – pregunté –
  • Sí, es lo más probable – respondió la anciana –
  • Entonces debemos asesinar a Dorton – Dijo Dafer – Silvia, te esperaré afuera – Este salió de la casa –
  • Muchas gracias señora, nunca olvidaré lo que ha hecho por mí – Dije –

 

Salí junto a la anciana y Dafer ya estaba encima del unicornio esperando a que yo terminara de despedirme

  • Silvia – Dijo la mujer tomando mi mano y me entregó una pequeña bolsita – Aquí dentro hay una hierba muy poderosa, cualquiera que la ingiera caerá en un profundo sueño, pero debes ser cuidadosa, el efecto no es muy duradero
  • ¿Por qué me está dando esto, señora? – pregunté –
  • La vas a necesitar un día, solo ocúltala y no te deshagas de ella
  • No sé para qué necesitaré estas hierbas, pero escucharé sus palabras
  • Envíale saludos a Diana y recuérdale que debe salir del camino de la mentira y comenzar a andar por el camino de la verdad
  • Sí señora, se lo diré – Dije, aunque no entendí muy bien lo que quiso decir la mujer y por lo que le di poca importancia –

 

Umbolrt

Hoy desperté apenas salía el sol con la noticia de que el trol, que antes era mi prisionero, había escapado. Estaba sentado en mi trono pensando en cómo había podido suceder esto, ese monstruo tenía la mente de un niño, jamás hubiera podido escapar por sí solo, entonces uno de mis guardias se acercó

  • Señor – Dijo reverenciándome – Alguien afirma haber visto quién se llevó al trol
  • ¿Quién es el testigo? – pregunté –
  • Es uno de los monstruos que residen en los calabozos, su nombre es Dorton y le pide que lo deje venir aquí para contarle todo lo que sabe
  • ¿¡Dorton!? ¡Jamás dejaría que ese monstruo pise este salón, además estoy seguro de que sus palabras son falsas! ¡Márchate de aquí! – Exclamé y el guardia se retiró –

 

Aún después de todo lo que dije, quería escuchar lo que tenía que decir Dorton, él es el único que realmente podría haber presenciado el hecho, si alguien liberó al trol significa que tengo a un traidor en mi castillo, quien haya sido tenía que pagar.

Diana

En la tarde salí al exterior del castillo, noté que había mucho movimiento, incontables elfos con armaduras se preparaban, no sabía exactamente para qué, y le daban de comer a sus unicornios. Confundida me acerqué a uno de ellos y le pregunté qué estaba sucediendo – El rey nos ha enviado a la aldea de las hadas y los duendes, para protegerlos de los ataques de los elfos oscuros – fue la respuesta del guardia y sonreí, esto significa que el rey realmente está cumpliendo su promesa y está haciendo más de lo que pedí.

Di un paseo por los exteriores y me dirigí al río. Pasé toda la tarde ahí sentada, disfrutando del hermoso día en Digglespo. Al anochecer, miré hacia la entrada de la fortaleza y vi a las tropas que enviaría el rey, estaban listas para partir y yo debía volver, pronto oscurecería. Me levanté del suelo y comencé a andar hacia el castillo, pero sentí algo extraño, algo que me obligó a voltearme y ver hacia atrás. El miedo se apoderó de mí cuando vi a un ejército de elfos oscuros al otro lado del río y comenzaron a cruzarlo con sus unicornios. No perdí tiempo y sostuve la saya de mi vestido para comenzar a correr hacia las tropas que estaban a punto de marcharse – ¡Nos están atacando! – Di un fuerte grito, pero nadie escuchó – ¡Nos están atacando! – Volví a gritar, pero esta vez más fuerte, uno de los guardias miró a mi dirección y se percató de lo que estaba sucediendo – ¡Nos atacan! – Vociferó el elfo y todos los demás lo escucharon. Las tropas del rey que debían ir a la aldea comenzaron a cabalgar hacia el ejército de los elfos oscuros. Yo estaba en el medio de ambos bandos, a mi derecha venían los elfos oscuros y a mi izquierda las tropas del rey, tenía tanto miedo de estar en un campo de batalla, no sabría qué hacer y aún no aprendo a controlar los poderes de este colgante.



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En el texto hay: secretos, magia, sobrenaturales

Editado: 15.01.2022

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