Silvia
Estuve toda la noche recostada en mi lecho, pensando, y abrazando la carta de Oliver, en ella me pedía que fuera fuerte. Los rayos de luz atravesaron mi ventana, ya había amanecido y yo ni siquiera había decidido lo que haría. Mi mucama abrió la puerta – señorita, debo prepararla para el funeral de su tío Orbom – No me sorprendía que Orbom estuviera muerto, después de saber que nos traicionó, pero eso no evadía la tristeza de su fallecimiento.
Me subí a la plataforma en frente del espejo, seguía sin poder creer lo que decía la carta y Oliver no tendría razón para mentir antes de su muerte. Tengo que avisarle a Diana y mostrársela, no quisiera enfrentarme a mi padre, pero no estoy de acuerdo con lo que hizo.
Salí de mi habitación y me dirigí a la de Diana, toqué la puerta y auto seguido sentí su voz – ¡Adelante! – Entré y la vi lista para bajar, su vestido al igual que el mío era de color negro. Su rostro se veía cansado
Nos dirigimos al primer piso juntas, no había nadie más que la familia real para mostrar respeto, solo se escuchaban los lamentos de la esposa de Orbom en el lugar, vimos a mi padre y a Dafer discutiendo en voz baja, ambos se veían molestos y en cuanto nos vieron llegar, guardaron silencio – Querida, debe ser difícil para ti la muerte de tu padre – Dijo el rey a Diana y le dio un abrazo, su hipocresía era intolerable – Voy a tomar un poco de aire fresco – Dijo Diana y se marchó, al poco tiempo Dafer también se alejó de nosotros
Miré al suelo con preocupación, tenía tantas cosas que decirle a Diana, pero no había hallado la oportunidad para hacerlo. Sé que cuando le cuente sobre la muerte de su madre y de las mentiras de mi padre, caerá devastada.
Diana
Salí a uno de los balcones traseros del castillo y observé a lo lejos la gran montaña que divide a Digglespo del lugar donde residen los troles, entonces sentí que alguien me abrazó por la espalda
Volvimos adentro y me acerqué a Silvia, no pude evitar notar su extraña reacción al verme – ¿Está todo bien? – le pregunté y esta asintió, pero con la mirada en el suelo. Estuve toda la tarde junto a Dafer, Silvia y el rey, cuando noté que el sol se estaba ocultando, decidí irme – Volveré a mi habitación – Dije.
Subí los escalones de mármol y caminé por los corredores hasta llegar a mis aposentos, quería entrar al salón donde reposaba el cuerpo de Orbom en un altar, quiero desahogarme con él, aunque no pueda escucharme, pero esperaré a que todos vallan a dormir, así podría hablarle de cosas que nadie puede saber. Mientras tanto me preparé para ir a la cama y me acomodé bajo mis cálidas mantas, esperando la madrugada.
En la noche Dafer vino a mi habitación y se recostó a mi lado, me quedé dormida entre sus brazos sin darme cuenta, olvidando mis deseos de decirle unas últimas palabras a Orbom.
Editado: 15.01.2022