Raza Valiente

Capítulo XXVII (Final)

Ice

Llegué junto a Dafer al jardín, mi padre estaba a punto de asesinar a Diana con su espada y con mi poder lo hice caer al suelo para impedírselo. Dafer dejó inconsciente a Mirana con un golpe y tomó el colgante elemental, luego se acercó a Diana y la ayudó a levantarse para llevársela de aquí, al parecer estaba herida. Volteé la mirada a mi padre que se recuperaba del ataque

  • Hija mía – Dijo levantándose del suelo – ¿Qué acabas de hacer? – Se volteó a verme – Pensé que estabas de mi lado
  • Lo estaba, hasta que Fire murió – respondí y el rostro de mi padre se vio sorprendido, luego cerró los ojos y suspiró –
  • Hija, cuando elegimos traicionar y luchar en una guerra, debemos estar preparados para todo, incluso para la muerte
  • Pensé que mostrarías más tristeza – Dije –
  • Ice, puedo entender tu dolor y por eso te perdonaré lo que hiciste hace un momento, ahora quítate de mi camino
  • ¡No! – Me impuse ante mi padre – ¡No quiero tu perdón, quiero que mueras! ¡Mi hermana murió en frente de mí por tu culpa, si hubieras hecho un buen reinado, ella no te hubiese traicionado, los aldeanos no se hubiesen revelado y Fire seguiría viva!
  • ¿Vas a traicionarme tú también? – preguntó –
  • No mereces mi lealtad, después de tanto tiempo al fin me di cuenta, por más que intenté que me amaras, lo único que recibí de ti fueron golpes, quería proteger a mi hermana, pero no hice lo suficiente
  • ¡La protegías porque eras una tonta! ¡Recibiste los golpes que merecías y los que merecía tu hermana también los recibiste! – me sorprendí ante sus palabras – ¡Sí, todo el tiempo supe que te culpabas de sus errores! – Dejé caer una lágrima –
  • ¡Aun así me castigabas!
  • ¡Yo solo quería que te dieras cuenta de que no sirve de nada tener un buen corazón, siempre fuiste tan bondadosa y frágil, yo te convertí en lo que eres ahora, una fuerte guerrera!
  • ¿Recuerdas el día que surgieron mis poderes? – pregunté – Fue un día mientras uno de los guardias me castigaba con el látigo, tú ni siquiera estabas en la habitación, una explosión provino de mi cuerpo y congeló todo a mi alrededor, incluso al elfo que me golpeaba – Bajé la mirada – Todos se preguntaban por qué Fire y yo éramos las únicas elfinas con poderes, unos dijeron que fuimos bendecidas, otros que nos habían maldecido, pero solo Fire y yo sabíamos la verdad, nuestros poderes surgieron para protegernos de ti, aun así los usamos para tu beneficio, venciendo batallas que jamás hubieras librado si no fuera por nosotras, pero hoy cambiaré eso, sé que ya es tarde, aun así usaré mis poderes para detenerte por primera vez
  • ¡No tengo tiempo para esto Ice! – exclamó – ¡Si no sales de mi camino no tendré compasión!
  • No me sorprende, nunca la has tenido

 

Creé una lanza de hielo y se la arrojé a mi padre, pero la hizo pedazos con su espada, furioso vino corriendo hacia mí. Hice que una continua ráfaga de aire gélido para congelarlo y él se protegió con su espada que absorbía mi poder, no me detuve y utilicé todas mis fuerzas, pero por más que intentaba, su arma no dejaba que mi hielo lo alcanzara.

Me detuve agotada y entonces la espada de mi padre me devolvió todo el poder que había absorbido, fue doloroso y caí al suelo sin fuerzas, aunque recibí solo la mitad del daño que pretendí hacerle al rey. 

Alcé la mirada y lo observé acercarse a mí – Jamás debiste traicionarme, tu hermana era capaz de vencerme, pero tú no eres tan fuerte como ella – Dijo mientras se acercaba lentamente, cuando estuvo a un metro de mí, lancé mi hielo a su rostro para detener sus pasos, pero no tenía la energía suficiente para vencerlo, dio un grito de dolor y cubrió su rostro con sus manos.

Me levanté del suelo balanceándome, mi padre me miró con rabia, aprovechó mi debilidad, vino corriendo hacia mí y clavó su espada en mi vientre. Di un gemido de dolor y lo miré con angustia, él observó detenidamente mis ojos tristes y mi rostro agonizante – Lo siento querida, pero no me dejaste otra opción – Dijo mientras acariciaba mi cabello blanco, y se inclinó para darme un beso en la frente, retiró su espada y me desplomé en el suelo.

Llevé mi mano a mi herida, sentía mucho dolor y ni siquiera tenía fuerzas para moverme – ¡Maldito! – escuché la voz de Dafer, alcé la mirada y ahí estaba, lo había visto todo – ¡Fuiste capaz de asesinar a tu propia hija! – continuó diciendo, desenvainó su espada y se abalanzó hacia mi padre, pero cuando las espadas de ambos se encontraron, la de Dafer se hizo pedazos. El rey lo pateó en el estómago haciéndolo caer al suelo – ¡Tú correrás la misma suerte! – Mi padre se acercaba a él, coloqué mi mano en el suelo y creé un soldado de hielo – Lucha – susurré con las pocas fuerzas que me quedaban, aunque esto solo lo detuvo unos segundos hasta que utilizó su espada más poderosa para destruir al guerrero de hielo en trozos – ¡Mi rey! – exclamó Salazar llegando al jardín – ¡Diana está escapando en un unicornio! – Mi padre dejó a Dafer y corrió para alcanzar a Diana.

Dafer

Observé a Ice tendida en el suelo a unos metros de mí, hubiese querido acompañarla, pero ya estaba muerta. No podía hacer nada ahora, me levanté del suelo y la miré con tristeza antes de salir corriendo detrás del rey, debo acompañar a Diana.



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En el texto hay: secretos, magia, sobrenaturales

Editado: 15.01.2022

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