Soleil
Con una cucharillita mezclaba el azúcar en mi taza de café. Me levanté temprano y sin sueño. Apenas son las 6:46 AM.
Todos duermen… bueno es eso lo que pienso.
Hoy nos vamos a Roma, las maletas están listas y organizadas en el vestíbulo. Los instrumentos se quedan, según Aster.
Dijo que vamos a Roma a solo participar de la gala de primavera. Una fiesta dónde se le dará la bienvenida a está nueva estación del año. No pasaremos mucho tiempo allá, tenemos previsto volver antes.
¡Ah! También es cierto que ya va comenzar abril y el frío está cesando. Ya no hay fuertes vientos fríos y lluvias locas que duran horas.
Aunque todo sea así y parezca calmo siento un frío en mi estómago. Siento miedo pero también algo de tristeza. Aquella que me ha acompañado desde que huí de Italia pero aunque volví esa tristeza sigue ahí, en mí.
Además de que me siento algo lejos de Dios. No he podido parar de pensar en lo que pasó aquel día en el hospital cuando oraron por Margaret. A quien no he visto aún y no vendrá con nosotros.
Pero hay en mi un mal presentimiento pero también un leve cosquilleo. Volveré a pisar un lugar que marcó mi vida. Un lugar donde fue firmado… un trato.
La gente piensa que Cassian y yo no nos llevamos bien por nuestras familias, pero la verdad son otras las razones y es mejor que las personas sigan pensando que es de familia, si alguien supiera la verdad de nuestras disputas nos mirarían diferente.
La historia de odio entre nuestros antepasados solo es el telón que decidimos usar para tapar la realidad.
Cassian y yo llegamos a un acuerdo. Nunca contarle la verdad a nadie por el bien de nuestra propia imagen, pero Valerian tiró la reputación de mi familia por la borda. Y lo que más me dolió: la reputación de los Materazzi quedó intacta mientras que la de mi familia fue totalmente quebrada.
Comenzaron a compararme con Valeria aunque debo mencionar las veces que Cassian me defendió. No lo hizo porque le cayera bien, lo hizo para honrar una parte de nuestro trato que yo no podía reponer.
Después de lo que pasó en la última competencia de cuerda en 2022 de Viena, nada fue igual. Nadie sabe qué pasó realmente, lo que se sabe es que fué realmente grave.
Yo misma ví el daño en mi propio hermano mayor. La mayoría de los daños fueron psicológicos.
Cassian y yo no estábamos preparados. No lo vimos venir.
Y ese fue nuestro mayor error.
Pero antes de todo eso pasar y llegar a ese punto primero tuvimos que entrar en el mundo de la música clásica y vivir y convertirnos en víctimas del odio de nuestras propias familias.
17 de enero 2015
—¡Soleil! Apúrate ¡Vamos a llegar tarde! —ya era la tercera vez que Matteo gritaba mi nombre ese día en menos de 1 hora.
Me puse las bailarinas y agarré el violín y me lo puse en la espalda. Era demasiado grande que cuando intenté bajar las escaleras el estuche pegaba y chocaba contra mis piernas cada vez que bajaba un escalón.
—Estoy lista —intentaba caminar rápido hasta el auto donde me esperaba mi hermana mayor.
Con cara de reproche y los cabellos castaños para el frente. Le había salido una gran espinilla en la mejilla que quería quería ocultarlo con el cabello ya que mamá no la dejaba usar maquillaje aún.
— ¡Al fin!—dijo Mirian pasándose las manos por el vestido azul oscuro.
—Suban ya, vamos a llegar tarde al recital de su hermano—dijo mamá mientras me ayudaba a subir al auto.
Mi padre como siempre estaba ocupado hablando por el teléfono.
Valerian sonreía, y mucho. Se notaba nervioso y emocionado a la vez.
Vestido tan elegantemente. Zapatos negros de salir. Esmoquin. Cabello peinado cuidadosamente y perfecto.
Valerian a sus 11 años ya era un prodigio. El no lo sabía pero papá y mamá sí y yo también.
Era valerian mi primera inspiración. Lo que yo no sabía es que ese recital iba a ser un momento historico en la carrera profesional de Valerian.
Y... al llegar al conservatorio había mucha gente caminando y corriendo arreglando los últimos preparativos.
Mi papá que conversaba con mi mamá se detuvo, ella lo miró confusa y miró detrás de ella. Inmediatamente su actitud feliz y emocionada y orgullosa por su primogénito cambió. Su actitud se volvió idéntica a la de mi padre.
Los gemelos: Matteo y Mirian. Se habían ido detrás de Valerian para ayudarlo en algo antes de su presentación. Los dos con tan solo 9 años decían que iban a administrar la fortuna de Valerian cuando el se hiciera famosísimo.
(Cosa que no pasó).
La cosa es que en aquel instante se incomodidad por la actitud de mis padres una pareja se acercó a mis padres lentamente. La mujer del hombre bestia de rojo, rojo carmesí. Cabello rubio. Cuerpo delgado.
El hombre venía igual que mi padre, esmoquin.
Si me hubieran preguntado cuál mujer era más bonita hubiera dicho que mi mamá.
Ella vestía de Beige, era elegante, con sus cabellos castaño claro y sus ojos café los cuales heredé. Mientras que los ojos de mi padre eran de una hoja verde.
La pareja desconocida daba aire de arrogancia y soberbia.
Me sentí muy incómoda.
—Buenas noches Claudio, Biatra—el hombre asintió con la cabeza saludando a mis padres quienes aún no habían dicho nada.
Ellos empezaron a conversar pero mis padres solo escuchaban.
—¿No dirán nada? —le preguntó la mujer del hombre a mis padres.
—Con ustedes no vale la pena conversar sobre nada —le respondió secamente mi madre.
Ay
Suspiro y lo hago porque sí en aquel momento yo hubiera sabido quien era aquella rubia con cara de sifrina la hubiera mirado igual que mi madre aunque un poco peor y la hubiera mandado al quitó abismo.
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Editado: 18.10.2025