Razones peligrosas | Libro 3

ATAQUE

Merri llegaba al callejón del barrio de la señora Lara, un barrio tranquilo y de bonitos jardines, excepto el callejón.

― ¿Todo está listo, Eli? ―consultó.

El capitán había decidido invitarlos a este operativo, pese a que asuntos internos estaban detrás de la dupla, asumiendo que se trataba de alguna razón sin importancia.

El Lysol que Merri comenzó a utilizar para desinfectar detrás de un gran contenedor de basura exasperó a Eli.

―Hombre. ¿Ni el callejón se salva? ―exclamó frustrado.

Merri lo ignoró colocándose en posición.

 ―Según lo que había dicho la señora, una furgoneta deja a las chicas aquí cada viernes por la noche ―Les recordó Merri. 

Casi anochecía y fue cuando Merri notó por qué habían elegido ese lugar en particular; no había nadie en la calle, los postes de luz colindantes estaban malogrados y el lugar se volvía convenientemente oscuro.

―Una camioneta se acerca al lugar, prepárense. ―Uno de los vigías los alertó por radio, se habían apostado en varias casas alrededor para vigilar y capturar, un par de autos aguardaban en las cocheras cubiertos con mantas.

 

En ese momento, una camioneta de una veterinaria pasó lentamente tirando un costal al suelo del callejón, antes de comenzar a acelerar, Merri y Eli aprovecharon para actuar.

― Son ellos, captúrenlos ―avisó Eli por radio.

Merri disparó a las llantas, llevándose la sorpresa de que tenían recubrimiento de malla, lo que haría imposible reventarlas, notó con fastidio que las lunas estaban igual de blindadas, con aquel chasco se inició la persecución.

Una patrulla pasó a Bags de largo para guiar a la camioneta a la trampa que tenían más adelante; Eli había socorrido a la chica que estaba dentro del costal, la habían drogado por lo que hablaba incoherencias.

― Esto es malo, Merri ―dijo su amigo.

La chica no podría correr en ese estado.

―¡Sácala de aquí Elías! ―ordenó Merri.

Un novato ayudó a Eli para sacarla del callejón, cuando un Escalade todo terreno arremetió contra Merri, él se encontraba entre el auto y un contenedor, su cuerpo se paralizó por breves segundos, él solo pudo atinar a lanzarse dentro del contenedor de basura que se dobló por el impacto, Eli sacó su arma y empezó a disparar rompiendo los cristales y ahuyentando al Escalade que ya emprendía la fuga.

Merri salió del contenedor con un brazo colgando a un costado, le dio a una llanta, pero ya iba muy lejos; Eli se lanzó al auto para seguir al Escalade, unos metros más adelante, éste se estrelló contra un tráiler de gasolina, la onda expansiva los estremeció en sus lugares.

Por azares del destino, el tráiler había estado casi vacío.

―Jefe, tiene porquería en la boca ―advirtió uno de los novatos acercándose a Merri.

―¡NO! ―Eli le dio un sopapo al novato.

Pero ya era muy tarde, Merri empalideció y vomitó a un lado lo poco que había comido y empezó a rociar su cara con lysol como un loco hasta que Elías le arrebató el frasco y le vació una botella de agua.

― Luca, jamás le recuerdes ese tipo de cosas ―advirtió serio―, llama a dos ambulancias y cuida a la chica. ―Se dirigió a Merri―. Hombre, tienes el brazo torcido ―dijo tratando de sonar casual.

―Ya me di cuenta ―gruñó tratando de serenarse, su cuerpo temblaba y estaba a punto de atacar a Elías por la lata de desinfectante.

Se limpió con un pañuelo a duras penas cuando las sirenas comenzaron a anunciarse a lo lejos.

 




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