Realeza en la Obscuridad

Capítulo I: Sueños

La obscuridad me envolvía, la presión de la atmósfera no me permitía respirar bien... ¿dónde estoy? ¿qué es lo que pasa? Miré a mi alrededor y solo una pequeña antorcha alumbraba aquella habitación de piedra antigua... ¿qué hago aquí? Me decidí a tomarla para avanzar.

Todo el lugar se me hacía tétrico, la humedad y la incertidumbre tenían mi alma de un hilo... seguí hasta llegar frente a una puerta gigante de madera con un tallado hermoso: parecía relatar la historia de dos personas... o tres... una mujer joven y dos hombres... al ver la obra de arte con detenimiento me percaté de que los ojos de la chica me observaban, como intentando decirme algo... el frío comenzó a calar mis huesos y cuando menos sentí, el dibujo se movió y una voz grave y aterradora resonó en las cuatro paredes del lugar:-¡Hacia allá!  -dijo mientras señalaba con el dedo hacia un bloque de la construcción que parecía estar falso. Dirigí la mirada de nuevo al dibujo y éste había desaparecido por completo. Tragué saliva y me armé de valor para ir en la dirección señalada... ¿qué querrá de mí? 

Me agaché y comencé a empujar el bloque, realmente pesaba demasiado pero una fuerza ajena a mí me ayudó a quitarlo del camino. Logré pasar por el agujero y me topé con una puerta hecha de piedra e incrustaciones de jade... simplemente era hermosa. Me acerqué a admirarla:-¡No te traje aquí para que la veas, te traje para que la abras! -resonó una voz en mi cabeza. Volteé a todos lados y no había nadie. Seguí viendo la puerta y la misma voz vibró en mi garganta:-El dije de tu cadena... úsalo.  -me quedé paralizado por un momento, no entendía muy bien todo esto pero decidí obedecer a la voz, así que me quité la cadena y saqué el dije, era una pieza de obsidiana muy gastada. Me acerqué a la puerta y había un pequeño agujero con la forma exacta de mi obsidiana... la introduje. Al momento de hacerlo la enorme puerta de madera se abrió por la mitad y me permitó el acceso a una tumba lujosa y muy bien conservada:-¡No te quedes ahí, abre el sarcófago!  -la sangre se heló en mis venas. Soy muy atrevido para muchas cosas, pero tengo respeto por los muertos, no haria eso ni porque me pagaran:-¡Que la abras! -insistió la voz, como si hubiese escuchado todo lo que pensé. Tragué saliva y me acerqué al sarcófago... tomé aire, apreté los dientes y me dispuse a mover la pesada tapa cuando... 

El despertador sonó. Me levanté un poco aturdido, realmente este sueño tan repetitivo me estaba hartantdo, por más que quiero salir de él no logro hacerlo, es como si estuviese atrapado en el tiempo ¡Lo detesto! bajé al baño y me alisté para ir a la escuela, no podía seguir faltando por estar "enfermo", sino me atrasaría demasiado y me daría pereza ponerme al día de todo. Desayuné y corrí a la escuela... mi segundo hogar... 



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En el texto hay: misterio, misterios del pasado, trampa

Editado: 13.10.2018

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