Mi corazón latía con el ritmo de los gritos que se escuchaban desde las gradas, me encontraba sentada en el vestidor de chicas, mis manos sudaban muchísimo de lo nerviosa que estaba.
- ¡Sam! - escuche que alguien me llamaba pero no moví ni un solo músculo y me quedé sentada, estaba pérdida en mis pensamientos hasta que siento una mano en el hombro y doy un brinco del susto dejando escapar un pequeño grito, volteó para ver quien era y ahí estaba él...
- ¿Cómo es que el uniforme de quidditch te queda tan bien? - preguntó Cedric recorriendo con su mirada todo mi cuerpo, hasta que sus ojos se encontraron con los míos, yo sólo me reí parandome de la banca en donde estaba sentada rodando los ojos.
Cedric tomó mi cintura fuertemente con sus dos manos, haciendo que nuestros cuerpos estuvieran muy juntos, - Pero... ¿Sabes en dónde quedaría mejor? En el piso de mi habitación - dijo él mientras deslizaba una de sus manos lentamente desde mi cintura hasta mi trasero dando un pequeño apretón, mis manos estaban rodeando su cuello acariciando su cabello, - Sueñas Diggory - digo entre risas mientras lo aparto de mi - Vamos que ya tenemos que irnos - le digo mientras salgo del vestidor.
El partido se terminó cuando Cedric toma la snitch dorada. En eso toda la casa nos pusimos de acuerdo para festejar la victoria, así que e dirigí a mi cuarto y me Di un rápido baño, me puse un vestido corto color lila, amarre mi cabello en una coleta alta y decidí no maquillarme ya que nunca me he sabido maquillar bien.
Estábamos en la sala común festejando, hubo un punto de la noche en donde la mayoría estaba muy tomado, yo sólo me reía pq nadie tenía buen aguante con el alcohol. Estaba a punto de ir a mi cuarto cuando siento que alguien me da un abrazo pasando sus manos por mi vientre y pegandome a su cuerpo, me quedé quieta ya que no sabía quién era cuando - ¿A donde crees que vas Thickey? - escuche la voz de Cedric susurrar me en el oído, su voz estaba un poco más grave que de costumbre ya que era ya muy noche y se escuchaba un poco ronco, sólo pude soltar una risa coqueta y siento como me pega más a su cuerpo quitando cualquier espacio que había entre los dos, - ¿Quieres ir a mi habitación? - dijo mientras me dio un beso en cuello, dije que si y el rápidamente me guío hacia su habitación empujandome suavemente, nuestros cuerpos aún se encontraban juntos y siento que con su caminar rosaba su parte baja sobre mi trasero y se comenzaba a poner muy duro, llegamos a su habitación y rápidamente se despega de mi mientras abre la puerta, pasamos los dos a la habitación y escucho como cierra la puerta.
Comencé a recorrer su habitación viendo que estaba un poco desordenada, veo que hay en el piso una sudadera blanca y por alguna extraña razón sentí la necesidad de recogerla, la extendí para verla bien y mientras la estaba viendo Cedric me toma nuevamente de la cintura por detrás y se ríe - No te traje para que limpiarás mi cuarto - Dice mientras sigue riendo, yo me comienzo a reír con él y dobló la sudadera y la deje sobre un buró y me volteó para verlo. Él se acerco a mi para darme un beso apasionado, mientras con una mano agarraba fuertemente mi cintura y con la otra acariciaba mi trasero, comenzó a bajar su beso a mi cuello dejando una marca haciéndome soltar un pequeño gemido, el cual pude ver que lo excito ya que llevo sus dos manos a mis muslos para cargarme envolviendo mis piernas a su cintura, regreso sus labios a los míos para volver a besarnos, comienzo a sentir como su parte baja se pone dura, él me bajo del agarré dejándome sobre la cama, y me pregunto - ¿Estás segura? ¿No estás ebria vdd? - eso sonó tan jodidamente sexy, pude sentir como mi cuerpo se empezó a calentar - ¿Tu no estás borracho? - digo mientras una sonrisa lujuriosa se asoma en mi rostro, - Necesito que digas que si, para poder cogerte - respondé entre risas, - Si... - respondo sin pensarlo.
Al momento en el que escuchó el si, se quitó la playera y se acostó en la cama conmigo comenzando un profundo beso, sus manos comenzaron a vagar por todo mi cuerpo comenzando en mi cintura pasando por mi pecho, mi espalda, pero al llegar a mi trasero se quedó masajeandolo y dando fuertes apretones en él, - Lindo trasero Thickey - dijo mientras bajaba su beso de mi boca a mi cuello, comenzó a dejar marcas en él haciendo que soltara pequeños gemidos, envolví mis brazos en su cuello jugando con su cabello mientras él tomaba mi pequeño vestido y comenzaba a subirlo lentamente rosando la punta de sus dedos por mis muslos, caderas y cintura, para terminar arrojando mi vestido al piso, rápidamente saco mi brasier y comenzó a besar mis pechos haciéndome gemir, pude sentir como mi ropa interior ya estaba muy mojada, él recorrío todo mi cuerpo con su boca más nunca en él lugar donde quería.
Pasaron unos minutos y él se sacó el pantalón quedando sólo un par de boxers, pude ver su tonificado cuerpo, su cara afilada, sus hombros y brazos tonificados, su abdomen marcado, sus grandes y fuertes manos, y en su boxers se podía ver una erección, una grande erección.
Procedió a continuar el beso pero ahora una de sus manos se encontraba rosando con sus dedos mi parte baja sobre la ropa interior, haciendo que nuestra respiración se volviera más pesada, - Mierda, debiste haber sufrido mucho cuando te besaba y no paraba en esta parte ¿cierto? - exclamó mientras tomaba un lado de mi ropa interior jalandola tan fuerte que se rompió, ahora estaba completamente desnuda y a su merced, acerco sus labios a mi parte bajando dando pequeñas mordidas en mis muslos haciéndome jadear un poco de dolor y placer, paso su lengua a lo largo de mi parte baja deteniendose en mi clítoris y comenzó a hacer círculos al rededor de el con su lengua, haciendo algunas pausas para succionarlo, comenzaba a sentir como mis latidos comenzaban a ir más rápido y gemia un poco más fuerte, - muffliato - susurro Cedric mientras apuntaba su varita a la puerta de la habitación, dejó su varita de lado y con una mano acariciaba mis pechos, con la otra masajeaba mi clítoris, por lo visto a él le encantaba besarme porque lo hacía siempre que podía, pude sentir como cambio de dedo para masajear mi clítoris, su dedo gordo se sentía tan bien, no puede evitar soltar gemidos interrumpiendo el apasionado beso, con su dedo más largo se colocó en mi entrada y lo empujó suavemente dentro de mí, sin parar de masajear mi clitorís, comenzó a meter y sacar su dedo rápidamente, haciéndome gemir, esto sólo lo alentó más y metió otro dedo haciéndome gemir fuertemente, - Te sientes tan bien, estas tan apretada, ¿estas segura que quieres hacer esto? - exclamó entre varios gemidos, - cogeme Diggory - le dije suavemente haciendo que se despegará de mi y se quitará su ropa interior y dejará ver su gran miembro, realmente era grande y se podía apreciar muy bien por la erección, - Si quieres que me detenga sólo dilo - dijo mientras frotaba su miembro en mi parte baja, - Estoy bien, creo que lo podré soportar - dije haciendo que se riera, pude sentir como se introducía rápida pero cuidadosamente dentro de mí haciéndome soltar un gemido él cuál puede ver que lo excito, comencé a mover mis caderas adelante y atrás para encontrar el ritmo mientras el saca y mete su miembro, con una de sus manos tomó mi muslo levantandolo hacía su pecho, pude escuchar que este nuevo ángulo le encantaba ya que comenzó a soltar fuertes gemidos, - Si no te gusta este ángulo podemos cambiar - dijo intentando controlar sus gemidos, - Esta perfecto - respondí, eso lo animo a embestirme con más fuerza, haciéndome gemir más rápido, en cierto punto comenzó a golpear mi punto g, haciéndome perder el control de mis gemidos, una de sus manos comenzó a masajear mi clitorís haciendo que mis gemidos fueren incontrolables, estaba a punto de venirme pero no quería venirme antes que él, él continuaba con sus embestidas al mismo ritmo causandome una sobreestimulación y comencé a gemir su nombre repetidas veces, pude sentir como comenzó a palpitar dentro de mí, - Me encanta cuando dices mi nombre de esa manera - dice entre gemidos - Se que ya te vas a venir, yo también estoy a punto -, sentí como baja mi pierna de su pecho pero sus embestidas seguían siendo igual de duras y nunca dejaron de golpear mi punto g, dejó de masajear mi clitorís pero aún estaba dentro de mí, tomó mis caderas con sus dos manos moviéndonos al mismo ritmo, con mis manos tome las sábanas de las camas agarrándolas con fuerza mientras daba mi último gemido al unísono con el de él.