Sientes como la sangre comienza rodar a travez de tus brazos, hasta caer, dejando un rastro lleno de sentimientos que ahora deseas liberar. Tan solo lo haces con la esperanza de qué tal vez, tu castigo sea mínimo, porque después de todo, tu ya estás cumpliendo con el. Te torturas cada vez que sientes que eres culpable, cada vez que ves al mundo tornarse oscuro.
Realmente no deseas dejar el mundo terrenal, pero tu mente es controlada por todo aquello que te tortura, todos los recuerdos, aquellos que dejan de existir cada vez que el sol se oculta, alejando de tu vista todos esos defectos perfectamente camuflados entre la oscuridad.
cada día haces lo mismo, caminas sin rumbo alguno, con la esperanza de encontrar algo capaz de darle importacia a tu propia existencia. Solo escuchas al resto hablar, pero no logras entender ni la más mínima palabra que sale de sus boca. Sientes la fría cuchilla pasar, desgarrando la piel, dejando a la vista todo lo desagrable que puedes llegar a ser.
Está mal si llego a ser cruel conmigo, lo sé, pero eso no quiere decir que los causantes de tales puniciones a los que me obligo recibir, son aún más merecedores del infierno?
Escucho los gritos, los pasos, veo los colores de aquel atardece, aquel que condenaba mis tardes, aquel que anhelaba desaparecer, aquel que ahora se convirtió en recuerdo de un pasado tan apreciado. Porque el cambio ha sido tan difícil, pero lo fue más no poder decirle a todos lo que realmente sentía, no haber golpeado a alguien hasta recibir un perdón de su parte, hasta saciar mi sed devenganza, hasta convertirme en su karma.