Bienestar nocivo

si para el poco tiempo que nos queda la salida no está clara, prometo no irme sin un adiós. Cada una de esas palabaras que alguna vez prometí eran verdad, lo sabemos. Nunca volvería a brillar de la forma en que todos nosotros disfrutamos de nuestra libertad.

Las ultimas palabras no eran verdad. No te odio. Eres de los pocos que lo entendería sin fijarse en la falacia de la humanidad. Ahora mírame, sabes que la sangre que se desbord no es en vano. Lo que éramos no volverá a ser recordado igual.

Ya las estrellas no brilla. Culpa nuestra fue, el desperdició de un tiempo completamente nuevo. Lo dimos todo por perdido, dejamos que nuestro egoísmo manchara nuestras vidas. Si la palabra que tanto buscas no puede salir de mis labios, eso tan solo confirma tus sospechad. No sabes lo que real, no puedes mantenerte de pie por ti misma. Lo dejas morir.  

Siempre pedí ser salvada, lo sé. Jamás te te brindé la mano capaz de salvarte, porque después de tanto, llegué a pensar que me las habían sido arrebatadas. 

Es verdad, no merezco el perdón, ni la salvación. Morir por tus manos sería lo mejor. Te ofrecí el infierno, te llevé dentro del averno. Aunque deseará el paraíso para ti, nunca fui capaz de dirigir con exito durante nuestro viaje. Jamás pude ver en tus ojos aquella luz que, con tanto anhelo esperé encontrar. 

Ahora puedo confirmar que la enfermedad nunca existió. Tan solo era yo negando mi propia naturaleza; aquella que jamá se desprendería de mi ser. Por mucho que pasase el tiempo siempre serías infectada por aquello que emanaba de mi cuerpo, produciéndote  malestar desde lo mas recóndito de tu cuerpo. 

Puedo ver la sonrisa fingida en las tantas fotos expuestas frente a tus acompañantes. Yo no me encuentro en ellas, y no sé si mi ausencia afecta la sinceridad de tus palabras o tu expresió. Me gustaría pensar que sí, te afecta tanto como a mi, tanto que deseo acabar con todo corazón incapaz de sentir el mal que ha provocando con simples frases otorgadas con falacias y antipatía. 

Tiempo atrás me hubiera degradado hasta más no poder, por el simple hecho de ser quien soy. Ahora te apunto con un cuchillo, amenazando con apuñalar tus principios. No dejaré que ninguna gota caiga en vano.