—𝓒.𝓑─
𝕽| 𝒄. ₀₀₁
—Please don't be in love with someone else... Please don't have somebody waiting on you... PLEASE DON'T BE IN LOVE WITH SOMEONE ELSE, PLEASE DON'T HAVE SOMEBODY WAITING ON YOU.
—¡Eres una pequeña sabandija! —exclamó su madre desde el otro lado de la puerta, golpeándola con enojo—. Apaga la computadora inmediatamente.
Probablemente fue la hora en que Camila se encontraba cantando aquella canción a todo volumen, o tal vez por que su madre también era una gran fan de aquella artista, que se dispuso a plantarse en la puerta hasta que Camila pausara la canción.
—¡Es una tortura no poder escuchar Enchanted! Sólo será un momento, prometo no volver a poner esta versión —suplicó Camila acercándose rápidamente a la puerta, que se encontraba aún cerrada.
1. 2. 3.
Lorraine golpeó el suelo con la plantilla de sus pantuflas de forma consecutiva.
—No es la versión de Taylor —Escuchó reprochar a su madre.
Cuando soltó un suspiro rendida, Camila abrió lentamente la puerta, asomando su cabeza por ella. Miró con temor y compasión a su madre, quien se encontraba de brazos cruzados frente a su habitación.
—Al menos no la estoy oyendo por internet —señaló, dándole una sonrisa inocente.
Lorraine entrecerró los ojos y pareció ceder ante los encantos de su hija, pero rápidamente volvió a ponerse seria y firme con su palabra.
—Se siente incorrecto... —repuso ella, parándose erguida y negando con la cabeza—. La cena llegó mientras te encontrabas en todo ese escándalo, ¿bajarás?
—Sí, enviaré un trabajo de la escuela y te acompañaré.
Dicho esto, se adentró nuevamente a su habitación y corrió a su computador, no sin antes quitar aquel álbum. Al haber enviado sus deberes de la escuela, tomó su teléfono y fue hacia la sala de estar, en donde su madre se encontraba esperándola con algunos bocadillos y una mirada llena de entusiasmo mientras buscaba una de sus series favoritas: Gilmore Girls.
—No puedo creer que es la segunda vez que la veremos durante esta cuarentena —musitó Camila, sentándose al lado de su madre en el sofá y tomando un bowl lleno de gusanos de gomita.
—Jamás pasará de moda —aseguró Lorraine, sonriendo hacia su hija y dándole un mordisco a su tajada de pizza, justo cuando el show estaba por empezar.
—¿No íbamos a llevar una vida más saludable? —inquirió Camila, alzando una ceja en dirección a su madre, la cual abrió los ojos de par en par y se alzó de hombros.
—Una vez al año, no hace daño —respondió en un tono burlesco.
Camila negó con la cabeza riendo y soltó un suspiro, apoyando su cabeza sobre el hombro de su madre, lista para disfrutar del show.
Las horas pasaron rápidamente, los capítulos fueron reproduciéndose sin control alguno, ambas reían y comentaban cada dos minutos algo diferente sobre la serie. Cuando la comida fue suficiente, Camila se acurrucó en el pecho de su madre mientras que ella peinaba suavemente con los dedos su cabello.
—Cuéntame cómo van tus clases en línea —pidió Lorraine para romper el silencio que se formó al momento en que Camila empezaba a caer dormida.
—Pues... bien, supongo —contestó lentamente, soltando un largo bostezo y sacando su teléfono de su bolsillo izquierdo.
—Y ahí vamos con esa aplicación. Espero que estés cumpliendo con tus deberes. Comprendo que toda esta situación es agobiante, no podemos salir y sé que...
Su madre había empezado con el discurso que siempre solía decir al ver a Camila en el celular, ocasionando que esta hiciera un berrinche y la mirara cansinamente.
—Mujer, relájate, apenas tomo mi teléfono —se defendió finalmente, dejando el celular en la pequeña mesa y sentándose correctamente sobre el sofá.
Y era tan cierto. Últimamente no podía quitar de su cabeza los adictivos vídeos que aparecían en aquella aplicación, era frustrante la manera en que cierto dato había entrado en su cabeza desde que se unió allí, y no pudo quitárselo fácilmente.
Invertía gran parte de su tiempo investigando e informándose sobre lo que se trataba, su veracidad y que tan confiable eran la fuentes que hallaba; solo había una forma de probarlo y era por sí misma. Camila logró contactarse con personas que aseguraban haberlo hecho, pero fue cuestión de tiempo y que su gran fanatismo por Harry Potter relució como nunca antes, que Camila dio con que gran parte de esas personas mentían sobre sus experiencias, lo cual la desanimó enormemente. Lo que ella investigaba consistía en un viejo rumor entre rebuscados foros de internet que fue creciendo lenta y sigilosamente, hasta que hace no mucho, dentro de una comunidad creciente en una red social, explotó, atrayendo consigo a millones de personas en lugar de repelerlas; fue sólo el inicio de todo. Camila se encontraba fascinada al principio, siguiendo al pie de la letra lo que decían sobre el "shifting", su inocencia es motivo de burla para ella actualmente, ya que solo siguió descaradas mentiras. Sea lo que sea que eso ocultaba entre tantas mentiras, Camila estaba dispuesta a descubrirlo, a probar su veracidad y no darle el gusto a su pesimismo de que solo vivió una mentira por varios meses.
—¿Crees que alguien de casi tu edad podría enamorarse de mí?
La pregunta ocasionó que su madre pausara la serie de inmediato y volteara a ver a Camila con los ojos tan abiertos que creía que saldrían de su cavidad en cualquier momento.
—¿Qué tipo de pregunta es esa, Camila? —protestó jadeante. Ambas rieron al unísono al momento en su madre captó de que se trataba.
—Tom Felton es tan guapo...
Madre e hija reían recordando la obsesión de Camila con Harry Potter, algo que se pronunciaba con fuerza en esta cuarentena y tenía preocupada a Lorraine, la madre de Camila, por razones que irán saliendo a la luz a medida que pasaban los días.
Cuando volvió a su habitación, se dispuso a volver a investigar sobre eso que la tuvo despierta todas la noches por semanas. Parecía ser tan real como incierto, pero ¿cómo saberlo? ¿El cambio de universo podría ser verdad?