Realities | Draco Malfoy

Capítulo 15

𝕽| 𝒄. ₀₁₅
—𝓒.𝓑─

Harta de pillarnos por todas partes, la profesora McGonagall había dado permiso a Harry para usar el aula vacía de Transformaciones durante la hora de comer. No tardó en dominar el embrujo obstaculizador, un conjuro que servía para detener a los atacantes; la maldición reductora, que le permitiría apartar de su camino objetos sólidos, y el encantamiento brújula, un útil descubrimiento entre Hermione y yo, que haría que la varita señalara justo hacia el norte y, por lo tanto, le permitiría comprobar si iba en la dirección correcta hacia el centro del laberinto. Sin embargo, seguía teniendo problemas con el encantamiento escudo. Se suponía que creaba alrededor del que lo conjuraba un muro temporal e invisible capaz de desviar maldiciones no muy potentes, pero Hermione logró romperlo con un embrujo piernas de gelatina bien lanzado. Harry anduvo tambaleándose durante diez minutos por el aula antes de que ella diera con el contramaleficio.

—¿Tendrá algún micrófono o algo así? ¿Alguna grabadora? —musitó Ron, mientras observábamos por la ventana a Malfoy.

Draco, Crabbe y Goyle estaban abajo, a la sombra de un árbol. Los dos últimos sonreían de satisfacción, al parecer vigilando algo, mientras Draco hablaba cubriéndose la boca con la mano.

—Ya te lo dije, Ron... eso es imposible —musité, tratando de esforzar más mi vista—. Lo he notado en varias ocasiones así, igual que a Pansy —dije entrecerrando los ojos y observándolo unos segundos más, para luego dar vuelta y ver el entrenamiento de Harry.

—Pero si lo estás haciendo estupendamente —lo animó Hermione, comprobando la lista y tachando los encantamientos que ya tenían bien aprendidos—. Algunos de éstos te pueden ir muy bien.

—Vengan a ver esto —dijo Ron. Seguía observando los terrenos del colegio—. ¿Qué estará haciendo Malfoy?

Fueron a ver.

—Parece como si estuviera usando un walkie-talkie —comentó Harry intrigado.

—Es imposible —repuso Hermione—. Se los he dicho: ese tipo de aparatos no funcionan en Hogwarts.

—Es lo mismo que le dije a Ron —dije alzándome de brazos y sentándome en un pupitre junto al pelirrojo. Hermione negó levemente con la cabeza y volvió a lo que estaba.

—Vamos, Harry —dijo enérgicamente, dejando la ventana y volviendo al centro del aula—. repitamos el encantamiento escudo.

Por aquellos días, Sirius nos enviaba lechuzas a diario. Al igual que Hermione, parecía que su interés primordial era ayudar a que Harry pasara la tercera prueba, antes de preocuparse por otros asuntos. En cada carta le recordaba que, ocurriera lo que ocurriera fuera de los muros de Hogwarts, ni era asunto suyo, ni podía hacer nada al respecto. Si Voldemort está realmente recobrando fuerzas —escribía—, lo primero para mí es tu seguridad. No te puede poner las manos encima mientras estés bajo la protección de Dumbledore; pero, aun así, es mejor no arriesgarse: entrénate para el laberinto, y luego ya nos ocuparemos de otros asuntos. Estos días fueron más tranquilos que otros, ya que nuevamente tuve que forzarme a alejar mis pensamientos para poder ayudar a Harry, y mantenerme alerta de que las cosas estén bajo control. Draco y yo parábamos por nuestro lado, el beso no había cambiado las cosas a gran magnitud como había supuesto, tal vez por el hecho de que yo evitaba hablar sobre eso, al igual que la charla con Cedric y Cho. Ambos me aconsejaron que debía de hablar con George, y a pesar de que luché con mi orgullo, traté de ser yo quien diera el primer paso, resultaba extraño almorzar con los Gryffindor y tener algunas miradas por parte de él o Fred. Sirius amablemente se ofreció a ayudarme con cualquier cosa que se interpusiera en mi mente durante estos días, a cambio de que pudiera ayudar a Harry a mantener la calma. No pude negarme, jamás dejaría que mis problemas me evitaran ayudarlo.

El desayuno fue muy bullicioso en la mesa de Gryffindor la mañana de la tercera prueba. Llegó una lechuza para Hermione llevándole su acostumbrado ejemplar de El Profeta. Lo desplegó, miró la primera página y escupió sin querer el zumo de calabaza que tenía en la boca.

—¿Qué...? —preguntaron al mismo tiempo Harry y Ron, mirándola.

—Nada —se apresuró a contestar ella, intentando retirar el periódico de la vista. Pero Ron lo cogió y me acerqué a él para poder leerlo.

Miramos el titular, luego me miró, y dijo:
—No puede ser. Hoy no. Esa vieja rata...

—¿Qué? —preguntó Harry—. ¿Otra vez Rita Skeeter?

—No —dijo Ron, e, igual que había hecho Hermione, intentó retirar el periódico.

—Es sobre mí, ¿verdad?

—No —contesté, en un tono nada convincente.

Pero, antes de que Harry pudiera pedirnos el periódico, Draco gritó desde
la mesa de Slytherin:
—¡Eh, Potter! ¿Qué tal te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Estás seguro de que no te vas a poner furioso con nosotros?

También él tenía en la mano un ejemplar de El Profeta. A lo largo de la mesa, mis compañeros de casa se reían y se volvían en las sillas para ver cómo reaccionaba Harry.

—Déjame verlo —le dijo Harry a Ron—. Dámelo —me miró, esperando que fuera yo quien flaquease.

A regañadientes, fue Ron le entregó el periódico. Harry le dio la vuelta y vio su propia fotografía bajo un titular muy destacado:

HARRY POTTER, «TRASTORNADO Y PELIGROSO»

El muchacho que derrotó a El-que-no-debe-ser-nombrado es inestable y probablemente peligroso, escribe Rita Skeeter, nuestra corresponsal especial. Recientemente han salido a la luz evidencias alarmantes del extraño comportamiento de Harry Potter que arrojan dudas sobre su idoneidad para competir en algo que exige tanto de sus participantes como el Torneo de los tres magos, e incluso para estudiar en Hogwarts.
Potter, como revela en exclusiva El Profeta, pierde el conocimiento con frecuencia en las clases, y a menudo se le oye quejarse de que le duele la cicatriz que tiene en la frente, vestigio de la maldición con la que Quien- ustedes-saben intentó matarlo. El pasado lunes, en medio de una clase de Adivinación, nuestra corresponsal de El Profeta presenció que Potter salía de la clase como un huracán, gritando que la cicatriz le dolía tanto que no podía seguir estudiando. Es posible (nos dicen los máximos expertos del Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas) que la mente de Potter quedara afectada por el ataque infligido por Quien-ustedes-saben, y que la insistencia en que la cicatriz le sigue doliendo sea expresión de una alteración arraigada en lo más profundo del cerebro.«Podría incluso estar fingiendo —ha dicho un especialista—. Podría tratarse de una manera de reclamar atención.» Pero El Profeta ha descubierto hechos preocupantes relativos a Harry Potter que el director de Hogwarts, Albus Dumbledore, ha ocultado cuidadosamente a la opinión pública del mundo mágico.«Potter habla la lengua pársel —nos revela Draco Malfoy, un alumno de cuarto curso de Hogwarts.—Hace dos años hubo un montón de ataques contra alumnos, y casi todo el mundo pensaba que Potter era el culpable después de haberlo visto perder los estribos en el club de duelo y arrojarle una serpiente a otro compañero. Pero lo taparon todo. También ha hecho amistad con hombres lobo y con gigantes. En nuestra opinión, sería capaz de cualquier cosa por conseguir un poco de poder.» La lengua pársel, con la que se comunican las serpientes, se considera desde hace mucho tiempo un arte oscura. De hecho, el hablante de pársel más famoso de nuestros tiempos no es otro que el mismísimo Quien-ustedes- saben. Un miembro de la Liga para la Defensa contra las Fuerzas Oscuras, que no desea que su nombre aparezca aquí, asegura que consideraría a cualquier mago capaz de hablar en pársel «sospechoso a priori: personalmente, no me fiaría de nadie que hablara con las serpientes, ya que éstas son frecuentemente utilizadas en los peores tipos de magia tenebrosa y están tradicionalmente relacionadas con los malhechores». De forma semejante, añadió: «Cualquiera que busque la compañía de engendros tales como gigantes y hombres lobo parece revelar una atracción por la violencia.»Albus Dumbledore debería tal vez considerar si es adecuado que un muchacho como éste compita en el Torneo de los tres magos. Hay quien teme que Potter pueda recurrir a las artes oscuras en su afán por ganar el Torneo, cuya tercera prueba tendrá lugar esta noche.



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En el texto hay: draco malfoy, dracomalfoy, realidaddeseada

Editado: 31.08.2024

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