𝕽| 𝒄. ₀₃₅
—𝓒.𝓑─
♪ Breathe - Taylor Swift ft. Colbie Caillat (Taylor's Version)
Aquella noche, la cena en el Gran Comedor no fue una experiencia agradable. Por un lado, la noticia del enfrentamiento entre Harry y la profesora Umbridge se había extendido a una velocidad increíble; y por otro, entre mi pequeño grupo de amigos no se hablaba de otra cosa más que de lo sucedido en el almuerzo y diversas especulaciones que se derivaron de ello.
—Lo juro, eran ellos —insistió Pansy, asegurando que los gemelos se habían transformado en unos duendes gracias a la poción multijugos y habían intentado secuestrarla en los baños.
—La poción multijugos solo funciona en humanos y permite una transformación exacta en otro ser humano. Es imposible que algo así haya sucedido —Theo repitió, soltando un suspiro y negando con la cabeza.
—Termina de comer, quiero irme de aquí —Draco me instó, empujándome levemente con el brazo, visiblemente irritado por la insistencia de Pansy y Theo en su debate académico, que se estaba volviendo insoportable.
—¡Solo el postre y ya! —exclamé con las mejillas llenas de gelatina, tomando una cucharada tras otra cada dos segundos.
Mientras nos dirigíamos a la sala común, Pansy y Blaise se esforzaron por mantenerme en el centro de su grupo, tratando de "ocultarme" de alguna manera.
Terminamos rodando los últimos escalones.
Mientras Draco curaba las heridas de Pansy causadas por su caída, no pudo evitar expresar su frustración.
—No puedo entender cómo pueden tener la destreza mental de un trol —les reprendió—. ¿A quién en su sano juicio se le ocurre bajar la escalera de esa manera?
Pansy volvió a gritar exageradamente cuando Draco pasaba su varita por las áreas sensibles, asustando a los niños de primer año que salieron corriendo de la sala común directo a sus habitaciones. Sin más que hacer, tomé mi mochila y me senté en el suelo frente a la mesita, comenzando a revisar detalladamente mis deberes. Finalmente, decidí comenzar con la tarea que el profesor Snape había asignado.
—"Las propiedades... del ópalo... y sus usos... en la fabricación de pociones..." —murmuré mientras escribía las palabras en la parte superior del pergamino. Subrayé el título, miré expectante a Draco y añadí—: Hurón, ¿cuáles son las propiedades del ópalo y sus usos en la fabricación de pociones?
Draco apartó la vista de la rodilla de Blaise y me miró, girando la cabeza de una manera que, si no fuera por él, podría haberme intimidado.
—En mi mochila hay una copia de "Filtros y Pociones Mágicos". Puedes buscar información para el ensayo ahí —respondió con un tono ligeramente irritado. Pude ver que Blaise tenía intenciones de reírse, pero se contuvo.
Rápidamente me levanté y fui directo a su mochila, encontrando el libro casi al inicio. No fue difícil concentrarme en el ensayo, y en menos de una hora, ya había avanzado veinte centímetros de pergamino. Mis amigos se unieron a mí minutos después de comenzar, y lo que me encantaba de hacer las tareas con ellos era el apoyo mutuo que nos brindábamos. Incluso cuando solo uno de nosotros estaba trabajando en los deberes, los demás se mantenían en silencio, listos para aportar si se necesitaba algo. A veces, compartíamos sesiones de estudio o repasábamos temas juntos. Así que, cuando llegó la hora de irnos a la cama, no solo teníamos el ensayo listo, sino que algunos de nosotros (Daphne y Theo) incluso habían avanzado más en sus tareas.
Draco me tomó del brazo, pero al notar mi reacción, lo soltó de inmediato. Su mirada me recordó aquella noche en la que compartimos cuarto, llena de nostalgia y anhelo. Sin embargo, había algo diferente en él; ya no era el mismo Draco de antes, el que solía ser motivo de mis quejas constantes. Aunque solo llevábamos unos días juntos después de muchas semanas de ignorarnos, me sentía bien volver a estar a su lado.
—Sí, claro, ¿sobre qué te gustaría hablar? —respondí, dejando mi mochila y tomando asiento en el sillón. Theo se despidió con un gesto de la mano al ser el último en abandonar la sala común.
Draco asintió y tomó asiento a mi lado, apartando la mirada en el momento en que nos dimos cuenta de que estábamos solos. Finalmente, suspiró y giró su rostro hacia mí. Sus ojos reflejaban tristeza, pero también albergaban una chispa de esperanza. Tenerlo a mi lado después de todo lo que había sucedido me proporcionaba consuelo, aunque sabía que esta vez era diferente. Cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, experimentaba un sentimiento de culpabilidad y mancilla. Ambos éramos conscientes de lo que estaba ocurriendo, pero ninguno de los dos quería abordarlo.
Mi deseo más profundo era abrazarlo, a pesar de las promesas que había hecho a otra persona. Esas promesas ahora parecían vacías e insustanciales.
—¿Has estado con él durante estas últimas semanas?
Sus palabras resonaron en el ambiente lleno de emociones y tensión, y las lágrimas se deslizaron inevitablemente por mis mejillas. Negué con la cabeza con desesperación mientras ocultaba mi rostro entre las manos.
—Llorar no cambia nada, pero por favor, respóndeme —susurró con gentileza, aunque eso solo intensificó mi sensación de culpa. No merecía su amabilidad ni su devoción. Me sentía abrumada por la incapacidad de enfrentar las consecuencias de mis acciones—. No comprendo por qué está actuando así... No debería estar preocupado si pasaste tiempo con tu abuela y su única comunicación fue por escrito.
—No puedo, Draco —murmuré, avergonzada, mientras giraba mi rostro hacia otro lado.
—No te justifiques, ni me digas que lo que vivimos juntos no significó nada. Puedo ver el sufrimiento en tus ojos cada vez que él está cerca, cómo anhelas poner fin a esa farsa. Si realmente eres sincera... ¿por qué te causa tanto dolor entonces?
Mis lágrimas ya no podían ser contenidas y sollozaba con pesar mientras las enjugaba rápidamente. Me sentía cobarde e impotente, sin la fuerza necesaria para enfrentar las consecuencias de mis propios actos.