Realities | Draco Malfoy

Capítulo 43

𝕽| 𝒄. ₀₄₃
—𝓒.𝓑─

La pelea en el pasillo con George marcó el comienzo de un deterioro constante en nuestra relación. No puedo decir que mi ánimo cayera, de hecho, me sumí en un persistente mal humor a medida que las peleas se volvieron una constante. Cualquier cosa parecía irritarme con facilidad, y la evasión mutua que compartíamos solo amplificaba mi frustración. Mis amigos no ocultaban su satisfacción por la situación, aunque no lo expresaran abiertamente, sabía que estaban contando los días hasta que nuestra tensión se rompiera. Cada amanecer me encontraba reuniendo valor para afrontar la situación, y estaba claro que George estaba en una lucha interna similar.

Las cosas con Draco mantenían cierta estabilidad, aunque entendía su situación y su relación, no podía evitar cuestionarme si Margaret podría estar viendo a Ernie y a Draco al mismo tiempo.

Salía del campo de quidditch en compañía de Adrian, el otro cazador del equipo. No podía evitar maldecir mi elección inadecuada de ropa, especialmente con el clima tan desagradable que estábamos experimentando.

—Esperemos que el día del partido no esté así —musitó Adrian mientras acelerábamos el paso hacia el castillo.

—Créeme, si se pone así, no dudaré en cancelarlo en cuanto tenga la oportunidad. Apenas puedo ver algo —me quejé, alzando mi varita y lanzando un hechizo para disipar parte de la niebla que nos rodeaba.

El resto del mes de octubre pasó de la misma manera, llevándose consigo tanto el caos como los momentos buenos. Pero cuando noviembre llegó, lo hizo con un frío glacial que cortaba como cuchillos. El viento helado y las escarchas matutinas eran implacables, mordiendo las manos y las caras de aquellos que no se protegían adecuadamente. El cielo sobre el Gran Comedor adoptó un tono gris claro y perlado; las montañas que rodeaban Hogwarts se cubrieron de un manto de nieve, y la temperatura dentro del castillo descendió tanto que muchos estudiantes optaron por usar gruesos guantes de piel de dragón incluso mientras caminaban de una clase a otra.

La mañana del partido amaneció fría y despejada, un alivio para todos los que esperaban. Al despertar, me apresuré a levantarme y a prepararme rápidamente, aprovechando una larga ducha para intentar ahogar cualquier pensamiento negativo. Cuando regresé a mi habitación y me enfrenté a mi reflejo en el espejo, los nervios regresaron con fuerza.

¿Y si fallaba? No podía ignorar que tendría que enfrentarme a Gryffindor, y dejando de lado mis problemas personales con su equipo, no podía negar que eran realmente talentosos.

Unos golpes en la puerta me sobresaltaron, y con cierta renuencia, me alejé del espejo para terminar de arreglarme.

—¿Estás bien? —Pansy preguntó desde el otro lado.

Después de un último vistazo al espejo, agarré mis cosas y me dirigí hacia la puerta.

Pansy estaba a punto de continuar tocando la puerta cuando la abrí de golpe, casi chocando con su mano extendida. Su rostro se iluminó con una sonrisa y me atrajo hacia un abrazo.

—Lo harás bien, preciosa. No dejes que asuntos personales se interpongan en tu camino hacia el éxito —me aseguró con una sonrisa.

Después de intercambiar algunas palabras, nos encaminamos hacia la sala común, donde el ambiente ya estaba lleno de la emoción del partido. Noté un pequeño grupo reunido, encabezado por Theo, Draco y Montague, que parecían estar entregando algunas insignias y susurrando algo entre ellos. Daphne y Blaise estaban sentados en un sillón con los brazos cruzados, aparentemente impacientes y, apuesto a que, también hambrientos.

Quizás debería sentirme de la misma manera, considerando que apenas cené la noche anterior, pero lo único que había en mí eran nervios y náuseas.

El Gran Comedor estaba a punto de desbordarse cuando llegamos; los estudiantes hablaban más alto de lo normal y la atmósfera estaba cargada de vida y entusiasmo.

Cuando mis amigos y yo nos acercamos a la mesa de Slytherin, acompañados por el equipo de quidditch, fuimos recibidos con aplausos y silbidos que se extendieron como una ola esmeralda y plateada. Estaba segura de que apenas conocía a la mayoría de las personas que nos aclamaban, pero aun así me encontré abrazando y aceptando elogios de diferentes individuos.

Las miradas se volvieron intensas cuando, después de un rato, llegaron Harry y Ron, lo que elevó aún más el nivel de ruido. Curiosamente, muchos estudiantes de Slytherin saludaron a Ron con la mano, riendo a carcajadas.

Al estar sentada, me propuse saludar a Draco, pero entonces pude descifrar las letras que adornaban las insignias que muchos llevaban en él.

—¿«A Weasley vamos a coronar»? —leí en voz alta la insignia de Draco, que estaba sentado frente a mí. Detuvo su cuchara en el aire, con la boca abierta casi hasta la mesa. Levantó la mirada con diversión y soltó una pequeña risa.

—¿Qué? —dijo en tono burlón—. Weasley es nuestro rey —tocó la insignia con forma de corona y su sonrisa se ensanchó aún más.

Estaba a punto de responder cuando Daphne rió escandalosamente, seguida de Theo y Pansy que estaban sentados a mi lado. Cuando desvié la mirada de Draco, me llevé una gran sorpresa: Luna Lovegood se había alejado de la mesa de Ravenclaw y se había colocado frente a la de Slytherin, mirándome expectante. Mucha gente la miraba sin parar, y unos cuantos estudiantes reían y la señalaban con el dedo sin disimulo. Luna había conseguido un gorro con forma de cabeza de león de tamaño natural y lo llevaba precariamente colocado en la cabeza.

—Fue una decisión difícil, ¿sabes? Espero que comprendas —dijo con aires calmados, a pesar de que a mi lado Theo y Pansy reían descontroladamente, y Daphne la miraba con diversión, girando completamente su cabeza para verla con atención.

—¿Disculpa? —La miré confundida, y aunque su traje era peculiar, procuré no unirme a la ola de burlas.

—Eres agradable, Eloise. Estoy con Gryffindor, pero, aun así, te deseo mucha suerte... aunque creo que tal vez no la tendrán —comentó sonriendo débilmente. Ahora tenía el ceño fruncido y se veía pensativa— Había confeccionado algo significativo de Slytherin, pero me parece que nos nargles lo tomaron; creo que la suerte no estará del todo con ustedes. Como sea, les deseo lo mejor —se despidió con la mano y empezó a caminar hacia el otro extremo del comedor.



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En el texto hay: draco malfoy, dracomalfoy, realidaddeseada

Editado: 31.08.2024

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