Rebel Love

10

Tengo todo lo necesario para la cena. Papá ha preparado un delicioso platillo que, según él, vuelve a enamorar a las parejas. Su lasaña ha sido muy conocida y querida por todos los enamorados. Mientras vivíamos en Mageton, muchas veces, en cenas románticas, pedidas de matrimonio e incluso el día de San Valentín, las personas iban solo para probarla.

Tía Kalila sigue trayendo las flores que pedimos, margaritas, mi flor favorita y la de mamá. Ella solía traer las flores para estos eventos, siempre decía que una buena flor no se puede encontrar tan fácilmente, que debes verla con detenimiento para saber cuál es la perfecta.

—Está listo, Ailen —anuncia papá desde la cocina.

ANDY

Llegamos a la dirección que Hazellily nos mandó, el mismo restaurante al que nos llevó la primera vez. Ryan y su padre llegan después de nosotros. Ambos asienten y los cuatro entramos al local. Veo a la tía de Hazellily, quien me sonríe y nos guía a donde será la cena.

Caminamos por una parte que no habíamos visto la primera vez que estuvimos en este lugar. Es un pasillo adornado con plantas y unos focos que simulan estrellas. Mamá y Brad se toman de las manos, dejándonos a nosotros atrás. Se ven felices mientras observan su alrededor. Mamá se emociona al ver un quiosco decorado con flores blancas, margaritas para ser exactos. Las pequeñas lámparas cuelgan justo arriba de la mesa.

—Pueden tomar asiento, en un momento más llega mi compañero para tomar su orden… será todo por mi parte. Provecho y que pasen una bonita velada, con permiso —dice antes de salir por donde entramos.

—Gracias, chicos, no saben lo que esto significa para mí... para nosotros —dice mamá, emocionada.

—Has hablado tantas veces de esa noche que no podíamos olvidarla —respondo, sintiendo el peso de sus palabras.

—Gracias, Andy, no sabes cuánto tu madre esperaba esta cena —Brad pone su mano sobre mi hombro izquierdo. Ryan, como siempre, voltea al lado contrario, sin decir nada, juntando ambas manos detrás de él.

El mesero sale del cuarto dejándonos sorprendidos a los cuatro. Brad propone un brindis antes de que la cena llegue. Ailen aún no llega. ¿Estará bien? ¿Le habrá pasado algo? Le he dejado decenas de mensajes, pero no he recibido respuesta.

La cena, en palabras de mi madre, fue como un sueño, pero gran parte se debe a Ailen, porque ella se encargó de conseguirnos este lugar. Dos horas después regresamos a casa. Volteé a ver la casa de Hazellily; al parecer no están, ya que todas las luces se encuentran apagadas. Sigo preocupado por ella.

AILEN

Hace tres horas…

Okay, Ailen, tú puedes. Solo debes tocar la puerta. Andy y Ryan estarán ahí, no hay por qué ponerse nerviosa. Además, se lo prometiste... no puedes quedar mal. Solo abre esa puerta y ve a apoyarlo.

Avanzo un par de centímetros antes de tocar la puerta, sacudo un poco mi vestido. Mis manos sudan, lo cual parece una estupidez porque ya conozco a todos los que están ahí adentro. Cierro y abro los puños, pero no puedo entrar.

<<Harás el ridículo ahí>> <<Solo vas a estorbar>> <<No puedes hacerlo>> <<Te ves patética>>

¡Genial! Ailen de mi cabeza decidió aparecer en el momento más oportuno. Pero tiene razón, no tengo nada que hacer allí dentro. Es una cena familiar... no debería estar ahí.

3 horas después

Después de avisarle a mi padre que no estaría en la cena regrese a casa, directo a la habitación de mamá, tome uno de sus peluches y me tumbé al suelo, un par de minutos después observe bajo la cama, un pequeño bulto se veía, estire mi brazo para alcanzarlo.

Una pequeña libreta color vino estaba ahí envuelta.

Para mi pequeña Hazellily.

Para que tengas un lugar donde contar cada una nueva etapa de tu vida cariño.

La letra de mamá aparece en la primera página del diario. Lo tomo entre mis brazos junto al peluche de conejo rosado y me dirijo a mi habitación.

(… …)

ANDY

Con pasos suaves me muevo por el umbral de manera directa a su habitación. Su perfume impregnado en el aire me golpea justo cuando abro la ventana. Me acerco más y, como lo supuse, ella duerme. Estiro la mano para quitarle un mechón de su rostro.

Sonrío al ver la suave sábana que la cubre y el pequeño peluche que abraza contra su pecho. Doy unos pasos atrás al verla moverse un poco. Mi pie tropieza con una caja, provocando un poco de ruido. Me encojo en mi lugar, tratando de no ser descubierto, pero para mi sorpresa he descubierto que tiene el sueño pesado.

Me dirijo a la ventana. Ya hablaré con ella mañana.

(… …)

Ailen

Abro los ojos justo antes de que la alarma del celular suene. Estiro mi brazo para tomarlo y observar la hora: 7:28 am. Aún me queda una hora para entrar a clases.

Sostengo el peluche de mamá frente a mí. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablé con ella. Dejo a un lado el peluche y camino a mi escritorio. Tomo una pluma lista para escribir, aunque no es mucho lo que tengo que contar.

(… …)

—Creí que no ibas a desayunar. —habló papá lavando los platos sucios.

—Aún me queda un poco de tiempo. —dije tomando una manzana para el camino. —¿Cómo te fue ayer en el trabajo?

—Tu padre le grito a uno de los cocineros porque según él no estaba preparando bien el platillo.

—¡Y no es mentira!, bien podría haber puesto a Zack a cocinarlo y lo hubiera hecho mejor. —alegó.

Ambas reímos ante la actitud de papá, aunque el tío Zack es bueno en la cocina aun pelea con papá cuando para el aún le falta sal. Me despido de ellos caminando a la puerta me encuentro con el susodicho quien me da un beso en la cabeza justo cuando voy saliendo.




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