Capítulo 15.
Aarón se volvió loco
P.V. Prismar.
Ya ha pasado unas semanas desde que Ryd y su padre se marcharon, los nervios los tengo a flor de piel. ¿¡Sino no vuelve!? ¿¡Estarán bien!? Mire por la ventana estábamos por la época de invierno pronto comenzara a caer la nieve, mire a Danny que estaba durmiendo en el sofá. Los niños han venido hace compañía durante estos días, tenía pensado inscribirlo en un colegio para el siguiente año, tocaron la puerta me levante con pesadez, últimamente estado con el ánimo muy bajo. Mire al persona que estaba tocando la puerta algo me decía que nos traerá problemas.
-Se encuentras, Cora. – pregunto la mujer que al verme se quedó quieta en su lugar.
-Mi madre, - la mire un momento antes de volver a mirar a dentro de la casa. – si se encuentras, ¿¡Quien la busca!?
-Su madre… - la deje pasar entro otro hombre muy bello.
Los deje pasar, se supone que debería estar en el inframundo en este momento, ¿¡Que hace acá!? Los deje en la sala con Danny dormido. Mientras subía arriba a buscar a mi mama que estaba en compañía de mi padre, cuando entre desearía no haber entrado.
-Si van hacer eso, busquen un maldito cuarto – tape mi ojos, ver a tu padres tener sexo en la oficina no es nada agradable ni en otra parte trauma. – Vístanse. Mama te están buscando.
No espere que preguntara, voy a tener que coger una habitación para mi despacho, no pienso entrar nuevamente hay ni que me paguen, baje con un calofrió por todo lo que había visto.
-En un momento baja, esta… ¿¡ocupada!? – forcé un sonrisa. Tome a Danny en mis brazos.
-¿¡Cuántos años tienes!? – la voz del hombre me deje estática.
-voy a cumplir 18 años – respondí retomando nuevamente mi camino. No me gusta estar hay.
Vi bajar a mi madre con las mejilla roja de le vergüenza, nadie la manda de estar de calentona con el pervertido de mi padre, no pienso entrar a ese despacho aun que me paguen. Deje a Danny en su cuarto cuando estaba saliendo, mire a mi padre que estaba parado en la escalera.
-Debería darte vergüenza en hablarle a tus padres así. – parecía indignado, se cruzó de brazo. – donde crees que los hicimos nosotros, no precisamente un cuarto.
-Fuera preferido quedándome con la historia de la cigüeñas – le dije con sarcasmo. – que escuchar lo que acabas de decir.
-Yo también te quiero, hija. – me abrazo. Después de un tiempo pesaba mucho. – Hay estoy tan viejo.
-Papa, pesas una tonelada, nos va… - no termine de decir cuando estábamos rodando por las escaleras abajo. – ahí… viejo eso duele.
-Soy tu padre, debes tenerme más respeto, cachorra. – se está burlándose de mí. Tan muerto, viejo pervertido.
-Si me dices nuevamente cachorra, me conocerás VEJESTORIO. –lo amenaces
-CA-CHO-RRA – lo deletreo, señores hoy se conmoverá la muerte de un Alpha.
Las ramas de la rosa de mi madre se enredaron en el cuerpo de mi padre, le sonreí, claro sin hacerle daño, estábamos jugando. El comenzó a transformarse en Carón, su hermoso lobo negro de ojos café claros, lo amo. Si lo dijera en voz alta estando Ryd aquí, me imaginaria Colt celoso.
-Espero que después me arregles las rosas que muchos esfuerzos me costó cultivarlas, Prismar. – ese tono no me gustaba mucho al ver a mi madre de brazos cruzados. Carón; se encogió en su lugar haciéndose el herido, será hijo de… mira a mi madre, encogiéndome de hombros, mientras me transformaba. Chigüiro le puso su carita de loba arrepentida; la cual siempre la convencía.
-¿¡De quien es la culpa!? – pregunto rendida, señale a mi padre que estaba saliendo por el ventanal. – Arthur a donde crees que vas…
Salió corriendo por el ventanal, volvió a poner las rosas donde estaba cuando estaba por salir mi mirada se cruzó con los presentes los cuales estaba sorprendidos.
-Prismar, espera un momento – el aullido de lobos venia de afuera. Fue lo suficiente mente fuerte para ponernos alerta.
-Ángel… - fue lo único que escuche a mi madre.
Salí como alma que me lleva el diablo, a ver a mi hermano. Corrió al encuentro estaba mis hermanos con mi padre estaba ayudando a Ángel. Estaba herido, que era lo que está pasando.