Quería irme a la universidad para por fin independizarme y hacer lo que yo quisiera, pero ahorita que estoy ordenando mis maletas y seleccionando lo que me voy a llevar y lo que se va a quedar no puedo evitar soltar algunas lágrimas, he vivido muchas cosas en esta habitación, es testigo de todas las veces que reí, pero también las que llore, voy a extrañar mucho subir al techo en las noches de insomnio.
Volteó a ver a mi alrededor y veo que ya todo lo que voy a llevar ya está empacado y eso me llena de nostalgia, lo único que no está empacado es el vestido que usaré hoy en la cena que prepararon mis tíos y la ropa con la que voy a viajar mañana.
Veo la hora en mi teléfono y veo que solo falta una hora para la cena de despedida que organizaron mis tíos y mis padres, ellos siempre fueron amigos tanto que desde pequeños nos acostumbramos a decirles tíos
Empaco las camisetas desmangadas y las camisetas con mangas las dejo en el closet, puesto que en las ciudades humanas hace mas calor que en las manada ya que estas suelen estar en zonas rodeadas de bosques.
Por lo tanto casi sólo llevo ropa para clima cálido.
Me dispongo a ducharme luego que termino de empacar, cuando salgo de la ducha me visto rápido y me dejó el cabello suelto.
Me fue muy difícil poder escoger el vestuario que usaré hoy porque al principio pensé llevar algo extravagante o muy elegante para que le demostrará a Liam de todo lo que se perdió, pero luego reflexione y eso no era algo que yo debería pensar, por lo que opté por un vestido sencillo de color azul que me llegaba a los muslos.
Cuando ya estoy lista bajo a la sala donde se supone ya deberían estar mi familia lista para partir, pero como siempre casi nadie está listo, papá está tratando de hacer el nudo en su corbata, mamá aún se está maquillando y Diana, ella si está lista y está sentada en el sofá con su teléfono, la observó un momento y me doy cuenta lo grande que está ya, y lo bonita que es, nosotras nos parecemos, solo que ella saco los ojos marrón de papá y yo los verdes de mamá.
Diana despega la vista del teléfono y me voltea a ver
—¿Qué? —cuestiona levantando una ceja.
—¿Qué? —devuelvo la pregunta sin comprender
—Es que llevas ratos viéndome —explica
—Ahhh eso, no es nada —digo sentándome con ella —solo recordaba cuando eras pequeña —comentó, ella solo voltea los ojos
—Camily, cuándo yo nací solo tenías tres años, creo que ni te acuerdas.
—Yo dije " recordaba cuando eras pequeña" no cuando naciste —digo corrigiéndola.
—¿Si te hago una pregunta te enojarías? —pregunta mi hermana con temor.
—¡Claro hazla! —animo
—Era Liam ¿verdad? —cuestiona con voz suave, como temiendo mi reacción
—¿Qué era Liam? —preguntó confundida.
–Tu mate, pero te rechazo ¿o me equivoco? —pregunta, mientras mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.
¡Mierda! ¡Mierda!¿Por que tengo que ser tan sensible? Abro y cierro la boca sin saber que decir, pero reprimió rápido las ganas de llorar.
—No te preocupes Camily, con tu reacción me respondiste —responde Diana.
—¿Cómo sabías? —preguntó resignada
—Tengo mis métodos —dice arreglándose el cabello —¿sabes cuál el punto bueno?
—No, ¿cuál? —cuestionó curiosa.
—Qué podrás tener un romance como en los libros que te gustan, podrás conocer diferentes personas y elegir cuál te gusta y no todos tienen esa oportunidad —dice reflexiva.
—Claro —digo siguiéndole el juego —voy a salir con todos los humanos que pueda —comento riéndome.
—Niñas es hora de irnos —dice papá entrando a la sala con mamá.
—Bien —responde Diana.
Comenzamos nuestro viaje a la casa de los alphas, estoy muy nerviosa, ya que no he visto a Liam desde el día que me rechazo, y estoy ansiosa por cómo va a reaccionar cuando me vea, quizá solo ignoré mi presencia o tal vez trata de explicarme lo que paso.
Nunca quise que un viaje durará tanto como este.
Cuando llegamos nuestro alpha Frederick, nuestra luna Rose, Jazz y Liam, nos esperan en la puerta, nosotros hacemos una pequeña reverencia en señal de respeto e ingresamos a la casa.
Cuando pasó cerca de Liam solo hago un pequeño asentamiento de cabeza como saludo y él lo responde igual, pensé mucho en que decirle y como actuar y eso fue lo mejor que pensé.
Mis padres comienzan a conversar con los alphas y Liam sobre asuntos de la manada y cosas así.
Con Jazmín nos dirijamos a su cuarto donde esperaremos la cena.
—¿Te maquillo? —pregunta Jazmín al ver que no llevo nada de maquillaje.
—No gracias, estoy bien así —digo, ella me ve con duda —además vine solo a la cena de despedida no a buscar novio —digo a la defensiva.
—Pero podrías reconquista uno —dice con una sonrisa pícara.
—Jaz, no le rogue ni al maestros cuando estaba a punto de reprobar, la voy a rogar a Liam —hable bromeando, no se cuando adquirir ese hábito de burlarme de las situaciones malas que pasaban.
—Es verdad —dice entre risas —la Camily que conozco nunca ruega.
—Camilia, hay que bajar a comer — informa, haciendo referencia a cómo me llamó una maestra una vez.
—No me llames así —replicó, ella solo se ríe.
Bajamos a comer y nos sentamos en nuestros lugares correspondientes, en mi lado derecho tengo a mamá y en el lado izquierdo a Diana y frente a mi estaba Liam, todo transcurrió bien todos conversando cosas triviales, hasta que llegan al tema de los mates, los tíos nos cuentan su historia, nuestros padres vuelven a contar la suya.
—Hija —dice mi tía Rose dirigiéndose a mi —tu no has entrado a tu mate ¿verdad? —todos voltean a verme con atención, en especial Liam.
Quizá con el miedo que diga lo que pasó.
Yo trago con dificultad la comida y doy una mirada a los integrantes de la mesa, todos tenía puestos sus ojos en mí y Liam tenía una expresión seria dándome a entender que tuviera cuidado con lo que diría.
—No tía, aún no —hago una pausa para observar el rostro de Liam, que tiene la mandíbula apretada —no creo poder encontrarlo algún día.