Comenzamos el viaje en silencio, lo cuál supuse se alargaría hasta que llegáramos, pero me equivoque.
—¿Por qué estas tan nerviosa? —pregunta observándome brevemente y volviendo la vista hacia enfrente.
—No estoy nerviosa —aclaro.
—Si, claro —dice con sarcasmo —por eso vas frotando repetitivamente tu mano sobre tu pierna ¿no? —dice burlón.
Volteo rápidamente hacia mis piernas , y claramente movía mi mano con nerviosismo sobre mis muslos.
—Es mi primera cita, es normal que lo esté —comentó.
—Si, supongo —dice simplemente sin mostrar expresión.
No se si voy tan nerviosa por la cita o por ir a solas con Ethan, no es que valla a matarme, pero aún así me siento nervios, creo que es una combinación de ambos.
—Te ves bien —dice sorprendiéndome, nunca espere ese comentario de su parte.
—Gracias —respondo, lo volteo a ver y él sonríe — tu también —balbuceo nerviosa.
—Lo sé, yo siempre me veo bien — dice sonriendo, yo solo niego y sonrió.
—Que egocéntrico — digo riendo y él comienza reír también.
Tomó mi celular y veo la última foto que tomo Jazmín de Ethan junto a mi, quedaron muy bien, si alguien no supiera nuestra relación llegarían a pensar que somos pareja.
—Quedaron muy bonitas las fotos —cometo.
—Me envías la mejor —dice y yo asiento — por favor —agrega, yo achicó los ojos ¿desde cuando es dulce o amable conmigo?
—Claro —me limitó a decir.
—¿Tienes mi numero? —pregunta, yo asiento —¿Debería darme miedo, porque nunca te lo di? Eso se llama acoso.
—Connor me lo dio, dijo que si necesitaba algo y el no contestaba que te llamara a ti —digo recordando.
—Vaya, Connor es tan buena persona —dice irónico y luego sonríe.
—Es un buen chico —aclaró y sonrió, pues realmente es buen amigo, veo a Ethan y cualquier rastro de sonrisa ha sido borrado de su rostro.
—Nunca dije que no lo fuera —dice molesto ¿que le pasa? ¡Que bipolar!
—Yo tampoco dije que lo habías dicho —digo de la misma forma —no me digas que estas celoso –digo burlona.
—Ja, claro —dice con sarcasmo —al que va a darle celos es a tu mate —comenta serio.
Allí es a mi a la que se le borra la sonrisa, solo le doy una sonrió forzada y finjo que reviso algo en el teléfono, para evitar su mirada.
—Tu también has de estar emocionado por encontrar a tu mate también al igual que Connor ¿cierto? —cuestionó para que no note que ha dado en mi punto débil —asiente serio.
—Estamos por llegar —avisa, yo asiento nerviosa.
—¿Donde estarás? —cuestionó curiosa.
—En mi oficina, pero no te preocupes cuando termines me llamas —dice deteniendo el auto.
—Gracias —digo saliendo del auto y despidiéndome con la mano.
Me adentro en el café y doy un vistazo rápido a toda el café hasta que encuentro a Cameron sentado en una de las mesas del fondo.
—Hola —saludo con la mano —¿esperaste mucho? —pregunto preocupada temiendo ser impuntual.
—No, claro que no, acabo de llegar —dice sonriendo —siéntate, por favor.
Hago lo que me pide y sonrió, lo reparo rápidamente, lleva un pantalón de mezclilla y una camiseta, no se porque imagine que iría diferente, ósea no de traje ni nada de eso, pero diferente; llega una chica y hace nuestros pedidos.
Comenzamos una conversación muy trivial, sobre la universidad y las clases que más se nos dificulta y las que más nos gusta, mientras bebemos nuestras malteadas. Cameron se me hace interesante pero pensé que sería más divertido, o que podríamos siquiera conocernos más.
—Camily —dice, yo levantó la vista de mi malteada y presto a tensión — yo no quisiera confundirte, por lo tanto necesito aclararte algo.
—¿Si? —pregunto a lo que sea que me dirá.
—Es que yo tengo novia, y no quiero que tú malinterpretes las cosas, lo lamento mucho —dice con un gesto de culpabilidad.
¡Wow! Eso sí no me lo esperaba, no me queda más que sonreír y a sentir.
—No te preocupes —digo restándole importancia — no voy a mentirte, si te me hiciste muy atractivo, pero nada más —me sincero y sonrió.
—Pero podemos ser amigos —agrega.
—Auch —digo fingiendo dolor —y yo que hasta me imaginaba con el vestido de novia —bromeó y comienzo a reír al ver sus gestos de confusión, ahí entiende y comienza a reír también.
—¿Amigos? —cuestionó.
—Amigos —responde —me tengo que ir, mañana tengo examen —avisa, yo asiento.
—Adiós —me despido con la mano —suerte en tu examen.
—Adiós y gracias—responde sonriendo —por cierto yo pago —dice y comienza a marcharse.
Vaya, no era lo que esperaba pero estoy satisfecha ¿por que será que siempre me sale todo lo contrario? Por lo menos tengo un nuevo amigo, sonrió al pensar eso.
Me terminó la malteada y me dispongo a enviarle un mensaje a Ethan avisándole que ya puede venir por mí.
Salgo del café y veo que al lado de este se encuentra una tienda, pero lo que más capta mi atención es la sudadera celeste con un pequeño libro en la parte izquierda.
Quiero comprarla, pero no quiero desperdiciar el dinero que me dan mis padres para la universidad, a parte ya tengo sudaderas en mi casa, el problema es que pensé que viviríamos en la ciudad por lo tanto no las traje.
—¿Por qué no la compras? —dice Ethan detrás de mi, volteo rápido pues no me di cuando llego y veo que esta recostado sobe su auto.
—Porque no la necesito —respondo a su pregunta.
—Pero la quieres —vuelve a decir.
—Pero no la necesito —repito, Ethan asiente no muy convencido y abre la puerta.
Subo al auto y comienzo a ver el paisaje a través de la ventana, veo a Ethan un momento y noto que quiere decir algo pero ¿teme? La respuesta.
—¿Como te fue? —pregunta simplemente.
—Bien —respondo viendo hacia enfrente — me dijo que tenía novia, pero podía ser mi amigo —digo y lo volteo a ver y él esta tratando de ocultar una sonrisa o risa no se.
Viéndolo así hasta a mi me causa risa mi mala suerte, Ethan voltea al frente tratando de contener su risa.