Liam Shirley:
Día tras día, la observaba entrenar, parecía un acosador llenado a "supervisar" el entrenamiento, con el único objetivo de verla a ella.
Aunque Camily nunca se dio cuenta, creo que estaba demasiado concentrada en no equivocarse en los ejercicios.
Moría de risa y de ternura los primeros días de su entrenamiento; yo intenté mantener mi mente ocupada para no pensar en ella y lo que hice.
El trabajo de aprender todo lo que debo hacer en la manada me ha ayudado, me deja poco tiempo para pensar.
Ya han pasado algunas semanas y Ly aún no me responde, aún sigo esperando que le pase el berrinche; entiendo que este molesto por su alma gemela, pero ya no puedo hacer nada.
Todo iba bien hasta que a mis padres se les ocurrió hacer una cena de despedida para Camily y Jazmín.
¿Para qué? No lo sé.
Me visto como cada día, después de todo es día como cualquiera; bajo de mi habitación cuándo mamá nos avisa que están por llegar.
Desde que baja del auto su arma llega a mis fosas nasales haciendo que cierre los ojos disfrutando de su olor.
Es raro porque la rechace, pero ella aún sigue teniendo ese olor característico, investigué y descubrí que el olor se desvanece con el tiempo; espero y el nuestro no dure mucho porque voy a volverme loco.
Jazmín me lanza una mirada de advertencia y volteo hacia otro lado. Al entrar ellos hacen una pequeña reverencia demostrando su respeto hacia mis padres.
Al pasar por mi lado solo me dedica un asentimiento de cabeza, la imitó y asiento con la cabeza como saludo.
¿Por qué me saludo así? ¿Y la sonrisa que siempre me dedicaba? La observo mientras ella se va con Jazmín.
No sé que esperaba, yo la rechace, no tendría porque esperar nada ella.
Me quedo en la sala aparentando poner atención a lo que sea que papá habla con el tío Joel, me siento de triste y a la vez, quiero estar solo, pero se vería raro que me fuera ahora. Luego de un rato nos sirven la cena, todo transcurre de forma normal.
Camily evita a toda costa mi mirada, yo sin embargo no puedo despegar la vista de ella hasta que su hermana me observaba con advertencia.
¿Les habrá contado a su familia? No creo, si lo hubiera hecho no estarían actuando de la forma en que lo hacen.
—Hija —habla mamá dirigiéndose a Camily y llamando la atención de todos —tu no has encontrado a tu mate ¿verdad?
Mi corazón se detiene en ese momento y mi respiración se agita, intento controlar todas mis emociones y fijo la mira en Camily esperando su respuesta.
Ay ¿Por qué tenía que preguntar eso? ¿Por qué tiene que ser tan imprudente?
Yo trago con dificultad la comida y doy una mirada a los integrantes de la mesa, contengo todas mis emociones y pongo una máscara de frialdad en mi rostro aparentando indiferencia.
—No tía, aún no —responde con facilidad, apretó la mandíbula y le sostengo la mirada —no creo poder encontrarlo algún día.
No sabría si alegrarme o enojarme por su respuesta, aliviado porque así mi familia no se entera la rechace, pero me molesta que se le haga tan fácil decir que no tiene mate.
¿Y si alguien más le pregunta? ¿Y si un hombre le pregunta eso?
—Oh cariño si lo encontraras, ya veras —anima mi madre con una sonrisa.
—De hecho como es poco probable que lo encuentre ya me prometió que se va a ligar a muchos humanos en la universidad —comenta la hermana de Camily.
La comida se atora en mi garganta al escucharla.
¿Qué Camily va hacer qué? Ella es mía.
—Lo siento, es que me atore con la comida —me disculpo y a mi mente viene la imagen de Camily con alguien más —¡Camily tu no puedes tener novio! —alegó en voz alta sin pensar en mis palabras.
—¿Por qué no podría? —cuestiona apretando los dientes.
¿Qué por qué no podría? ¿Se le olvida que es mi mate?
—¿Pasa algo hijo? —pregunta papá, niego.
—No, me refiero a que no puede tener novio porque es muy tímida e introvertida como para conocer muchos chicos —expresó intentando reparar mi error.
—Pues para eso me tiene a mí, yo la ayudaré —habla Jazmín.
¿Y si la vendo por tres vacas?
La cena transcurre sin más, entre charlas y risas, pero mi mente con afán de torturarme repetía una y otra vez la imagen de Camily con alguien más y eso hacia que algo se revuelva en mi interior, me hacia querer que se quedara conmigo y prohibirle que viera a alguien que no fuera a mí.
Tengo que calmarme, parezco un puto loco.
>>Loco psicópata>>agrega Ly.
Vaya, hasta hoy se le ocurre aparecer al señorito.
Cuando todos terminamos de comer, observo como el tío Joel les dice que es hora de irse, se despiden de nosotros y están por irse cuando recuerdo que mañana se va así que por instinto me acerco a ella.
—¿Puedes venir un momento por favor? —pido rogando que acepte, su olor me embriaga de una manera indescriptible.
Frunce el ceño y asiente confundida observando a Jazmín, camino adelante esperando que me siga y así lo hace, sus pisadas suenan tras las mías, hasta que me detengo en un pasillo alejado, aquí nadie nos escuchará.
Se va mañana ¿Qué debería decirle?
Se va a la universidad, donde hay muchos chicos y donde seguramente muchos querrán coquetear con ella.
Me se volteo con fuerza al imaginarlo.
—¡¿Qué fue eso?! ¡¿como que vas a tener novio?! —pregunto furioso al recordar lo que dijo su hermana.
Ella abre y cierra la boca sin saber que decir.
—¿Disculpa? —pregunta confundida.
Me frustra que no entienda lo que le digo y me frustra aún más que no sepa que me pertenece.
—¡Solo recuerda Camily que tú eres mía! —alegó subiendo mi tono de voz.
Ella me ignora y se da la vuelta dispuesta a abandonar el lugar, sin poder contenerme la tomó del brazo haciendo que se detenga.