Capitulo 3

El Error De Un Alfa.

Ethan golpeó la pared de su cabaña con un puño, dejando una grieta en la madera. Su respiración era pesada, su cuerpo ardía de frustración y algo más profundo que no quería admitir: dolor.

Desde la noche en que rechazó a Aylin, nada había estado en paz. Su lobo estaba inquieto, rugiendo en su interior, exigiendo que fuera a buscarla. Pero él no podía ceder. No debía.

"Es humana. No es lo que necesito."

Se repitió esas palabras una y otra vez, pero no lograban calmar el vacío en su pecho. Desde el momento en que la rechazó, sintió algo desgarrarse dentro de él, como si su propia alma se resistiera a lo que había hecho.

Y lo peor era que, desde entonces, nada le salía bien. Su manada lo notaba. Sus órdenes eran más frías, sus movimientos más bruscos. Incluso su Beta, Caleb, se atrevió a mencionarlo.

—Ethan, tienes que controlar esto. No eres el mismo.Ethan gruñó, sus ojos brillando dorados en la penumbra.

—Estoy bien.

Caleb bufó.

—No, no lo estás. Todos lo notan. Tu lobo está inquieto, y sabemos por qué. La rechazaste. ¿Pensaste que eso no tendría consecuencias?

Ethan sintió su mandíbula tensarse.

—Ella es humana. No puede ser mi compañera.

—Pero es tu compañera —respondió Caleb con firmeza—. Y cuanto más la rechaces, peor estarás.

Ethan lo sabía. Su cuerpo lo sabía. Cada noche, sus sueños estaban llenos de ella. De sus ojos azules mirándolo con confusión y dolor. De su aroma, que ahora parecía impregnado en su mente. De su voz suave y temblorosa preguntándole por qué la rechazaba.

Cada vez que cerraba los ojos, veía su expresión herida. Y cada vez que despertaba, el vacío en su pecho solo se hacía más profundo. "¿Hice lo correcto?"

No, no podía pensarlo. No podía permitirse dudar. Había tomado una decisión y debía vivir con ella.

Pero entonces, Caleb habló de nuevo, con un tono de advertencia que hizo que el corazón de Ethan se detuviera por un segundo.

—Si sigues alejándola, alguien más la encontrará. Y cuando eso pase… puede que sea demasiado tarde para recuperarla.

El lobo de Ethan gruñó dentro de él, furioso ante esa posibilidad.

Porque aunque él había sido quien la rechazó… la idea de verla con otro era insoportable.