Capitulo 22

El Ritual De La Luna Carmesí.

Aylin sintió la mirada de Ethan quemándole la espalda mientras Aldric la guiaba fuera de la cabaña. El aire de la noche era fresco y la luna llena brillaba intensamente sobre ellos, bañando todo con un resplandor plateado. Caleb y Ethan la seguían de cerca, pero ninguno hablaba.

El terreno cambió conforme avanzaban. La hierba se volvió más escasa y pronto caminaron sobre un suelo de piedra lisa, fría bajo sus pies. Frente a ellos, un círculo de piedras antiguas se alzaba en medio del claro. En el centro, una gran losa con símbolos grabados brillaba levemente bajo la luz de la luna.

—Este es el altar de la Luna Carmesí —anunció Aldric con solemnidad—. Aquí es donde tu linaje despertaba su verdadero poder.

Aylin tragó saliva y dio un paso adelante.

—¿Qué tengo que hacer?

Aldric la observó por un momento antes de responder.

—Este ritual no es solo una prueba física, Aylin. Es una prueba espiritual. Tu sangre lleva la herencia de la manada, pero tu corazón debe ser fuerte para soportar lo que viene.

Ethan se tensó.

—Si esto la lastima…

Aldric lo interrumpió con una mirada severa.

—El poder siempre tiene un precio. Pero ella ya tomó su decisión.

Aylin sintió el peso de esas palabras. Ya no había marcha atrás.

—Estoy lista —dijo, más para convencerse a sí misma que a los demás.

Aldric asintió y sacó una daga de filo negro.

—Debes entregar una ofrenda de sangre. Esta losa reconocerá tu linaje si eres digna de él.

Aylin tragó saliva y tomó la daga con manos firmes. Se cortó la palma, sintiendo un ardor intenso cuando la sangre goteó sobre la piedra. Al instante, los símbolos comenzaron a brillar con una luz carmesí.

El suelo tembló.

El aire se volvió denso, cargado de una energía desconocida. De repente, una oleada de calor recorrió su cuerpo, haciéndola caer de rodillas sobre la piedra. Su visión se volvió borrosa y el mundo pareció girar a su alrededor.

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Cuando abrió los ojos, ya no estaba en el claro.

Se encontraba en un bosque desconocido, con la luna más grande y brillante de lo que jamás la había visto. Un aullido resonó en la distancia, haciéndole erizar la piel.

—¿Dónde estoy? —susurró.

—En el plano de los ancestros —respondió una voz detrás de ella.

Aylin se giró bruscamente y se encontró con una mujer de cabello negro y ojos dorados. Su presencia irradiaba poder.

—¿Quién eres?

La mujer sonrió.

—Soy Selene, la primera Alfa de la Luna Carmesí. Y he estado esperando por ti.

Aylin sintió su cuerpo temblar.

—¿Por qué?

Selene la miró con intensidad.

—Porque eres la última de nuestro linaje. Y es hora de que despiertes.

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En el mundo real, Ethan y Caleb vieron cómo el cuerpo de Aylin se tensaba. Su respiración era errática y su piel estaba cubierta de sudor.

—¿Qué le está pasando? —preguntó Caleb, alarmado.

Aldric observó la escena con calma.

—Está hablando con sus ancestros. Si su espíritu es lo suficientemente fuerte, despertará. Si no…

Ethan gruñó.

—No hay un si no. Ella regresará.

Pero en su interior, no estaba tan seguro.

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Aylin sintió una presión en su pecho mientras Selene se acercaba a ella.

—El poder que posees es antiguo y peligroso —dijo la mujer—. Muchos lo han codiciado, pero pocos han sido dignos de él.

—¿Y cómo sé que yo lo soy?

Selene extendió una mano y una luz carmesí comenzó a rodear a Aylin. De repente, un dolor intenso la atravesó, como si su cuerpo estuviera ardiendo desde adentro.

—¡AHHH!

—Demuéstralo —susurró Selene.

Aylin sintió cómo su cuerpo cambiaba. No solo era la transformación de un lobo común, sino algo más profundo. Su piel ardía, su visión se agudizaba, y una energía desconocida la envolvía.

Cuando el dolor cesó, se miró las manos. Sus uñas eran garras, su piel brillaba con una luz rojiza y su reflejo en el agua cercana le mostró unos ojos completamente carmesí.

—Bienvenida al verdadero poder de la Luna Carmesí —dijo Selene con orgullo.

Aylin sintió su corazón latir con fuerza.

Había despertado.

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En el claro, su cuerpo se arqueó bruscamente. Sus ojos se abrieron de golpe y un aura roja la rodeó.

Ethan y Caleb retrocedieron sorprendidos.

—No puede ser… —murmuró Caleb.

Aldric sonrió con satisfacción.

—El linaje de la Luna Carmesí ha renacido.

Aylin se puso de pie lentamente. Su cuerpo se sentía diferente, más fuerte. Miró a Ethan y, por primera vez, vio algo en sus ojos que nunca había visto antes.

Miedo.

Pero Aylin no sentía miedo.

Por primera vez en su vida, se sentía completa.