Reclamada l Trilogía reclamada, libro 1

11. Dominic

Salté por la ladera empinada hasta llegar a la cima de la montaña nevada. Luke, Mason y yo estábamos compitiendo como era de costumbre para decidir quién era el lobo más rápido de los tres. Mason insistía en que podía ganarme a mí, el sucesor del próximo alfa, pero a Luke le daba igual, yo sabía que lo que más le satisfacía a mi amigo es correr libremente como lobo y ver la cara de decepción y frustración en el rostro de Mason cuando perdiera.

Esta vez no fue tan sencillo como era normal para mí. Desde que habíamos llegado de Mountain Village Grace estaba muy extraña, más alejada de mí de lo usual. Creí que estábamos creando un vínculo, sin embargo de alguna forma lo eché a perder. No podía dejar de preguntarme qué es lo que yo había hecho mal.

Faltaban pocos días para la celebración de los lobos nuevos y Ahron no le había dicho nada. Temía que Grace se asustara tanto que no me diera ni la oportunidad de demostrarle quien soy en realidad. De sólo recordar la experiencia de la tía Helen con Ahron sentía escalofríos, dolor en mi pecho y un miedo indescriptible. Lo peor que nos podía suceder a los lobos era que nuestra pareja no nos aceptase, más allá de morir e ir enfermado con el tiempo, y eso si algunos no se intentaban suicidar antes, estaba el desconsuelo y la tristeza.

La tía Helen pasó casi tres meses de intensa agonía antes de que Ahron decidiera volver con ella, no importándole lo que fuera. Y yo no quería ser el siguiente en esa fila de sucesión, pero también estaba unido a un humano y la verdad es que, así como Helen, no estaba dispuesto a obligarla a nada, aunque eso me partiera en dos.

Un jadeo característico de lobo me hizo girar sobre mis patas, un enorme lobo blanco con ojos verdes caminaba en mi dirección; Luke.

—A Mason le dará el ataque cuando llegue y vea que has ganado de nuevo.

Escuchábamos la voz de nuestros compañeros en la mente mientras estuviéramos convertidos en lobo, no funcionaba como una telepatía en general o como si pudiéramos escuchar cada pensamiento del otro, era sólo lo que nos decíamos, como una conversación humana cualquiera, pero desde la mente de unos lobos enormes.

—Debí dejarlo ganar esta vez—dije, echándome sobre la nieve, crucé mis patas delanteras y recosté mi cabeza—. Darle eso como regalo de navidad.

Luke se tiró de espaldas contra la nieve y se echó a reír.

—Es un llorón—bufó Luke—. ¿Qué ha pasado con tu Séil? Creí que todo el plan de Mountain Village funcionaría para acercarte a ella.

—La verdad no lo sé—admití—. Grace es una caja que no puedo abrir sin fuerza, pero no quiero lastimarla, no quiero que me tema.

Escuché a Luke resoplar.

—Las mujeres humanas son más complicadas, no son sus genes o instintos naturales lo que las guía a aceptar a su pareja, es mediante un largo segmento de citas y conversaciones que ellas creen que es el hombre ideal.

—Pero ella es mi Séil—gruñí—. Nacimos el mismo día, estamos destinados.

Luke se pasó la pata por encima de su frente para quitarse la nieve que tenía.

—Pero ella no sabe eso.

Ahora que existía la incertidumbre de si los Midnight nos atacarían o no, es cuando Grace debería estar enterada de todo.

—Falta poco para la noche de los nuevos lobos, cuando ella vea ese espectáculo de transformaciones lobunas mínimo tendrá un infarto.

Luke rió.

—En algún momento tendrás que recurrir a la fuerza Nic—continuó—. Ella necesita un macho que la proteja, ¿qué mejor que nuestro próximo alfa?

Ahora en mi mente no existía espacio para otra cosa o persona que no fuera Grace, desde que había llegado a la reserva no he dormido bien y no estaría satisfecho con nada hasta que la tuviera conmigo, en mi casa y en mi cama.

—¿Ya llegaron? —ladró Mason, saltando en medio de nosotros—. ¡Maldición!

Un aullido lobuno más agudo de lo normal irrumpió en la intensa quietud del bosque. Mis compañeros y yo levantamos las orejas para escuchar con atención, el lobo intentó aullar una segunda vez pero terminó en un chillido de dolor.

Reconocimos que se trataba de un lobo lastimado, que era una hembra y que era de nuestra manada. El estómago se me revolvió, Luke, Mason y yo nos adentramos en el bosque nevado en busca de la loba herida.

Cuando dimos con ella el charco de sangre que rodeaba su pata trasera izquierda nos hizo detener a unos metros de con cautela. Luke hizo un rápido estudio del perímetro con una olida y Mason continuó el camino para descartar peligro en la zona. Me acerque a la loba herida y olisqueé cerca de su herida.

—Nic…—Reagan jadeó entrecortadamente—. Los Midnight…fueron ellos.

Reagan era la hija mayor de la familia Dupaix, una de las lobas más fuertes y decididas de la manada, ahora se podía demostrar dado que había sobrevivido a tal ataque.

—¿¡Quién de ellos te ha hecho esto!? —rugí.

—Ryan…

Ryan era el hijo mayor del alfa de los Midnight, como ya lo había mencionado antes, el muchacho estaba zafado de un tornillo al igual que su padre.

—¿Dónde está Hunter? —pregunté—. Se supone que debía hacer las guardias contigo.

Hunter era el idiota amigo de mi primo Jack, hubiera preferido que Reagan tuviera otro compañero, pero mi padre no hacía distinciones de nadie en nuestra manada, loco y todo debía de participar.

—N-no lo sé… sólo desapareció cuando hacíamos el estudio del perímetro. Ryan y otro de ellos me enfrentaron de repente, intenté luchar contra ellos…

—Sabes que no debiste hacerlo sola—cortó Luke, gruñendo cuando se acercó a nosotros.

Mason apareció también, ladró fuertemente.

—¡No están, se han ido los malditos!

—Llevémosla a la reserva, luego consigan a Hunter—mascullé—. Me aseguraré de que considere la idea de cambiar de manada cuando yo sea el alfa.

 

 

 

 

 

 

En la reserva teníamos nuestro propio centro de salud, no era gran cosa dado que ningún lobo duraba demasiado tiempo lastimado, a menos que fuera herido por colmillos de su misma especie. Los licántropos éramos casi indestructibles frente a los humanos, los accidentes o enfermedades a los que ellos estaban expuestos a diario nosotros fácilmente lo esquivábamos por nuestros genes. Sin embargo, cuando un lobo era lastimado a causa de los colmillos de otro la historia era diferente, la regeneración de nuestros músculos o sanación de heridas era más lenta.




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