Grace
Cuando creí que las cosas se volvieron lo suficientemente malas y complicadas por descubrir que existían los licántropos, aparecía esta nueva manada que demandaba enemiga. Así que el corazón me latió una vez más, el terror que no sentía desde ese día en la carretera cuando vi a esos enormes lobos pelear contra Nic me invadió nuevamente. Entonces tuve miedo por Nic, ¿y si le hacían daño?
Miré a Helen en busca del alivio que ella siempre intentaba darme por medio de sus ojos, pero no lo encontré esta vez.
—¿E-entonces qué es lo que buscan? —logré preguntar, pero fue muy difícil deshacerme del balbuceo.
—No lo sabemos con exactitud—por la mirada huidiza de Helen supe que me estaba mintiendo, ¿por qué lo hacía?—, pero eso no es importante ahora, ellos solo hacen lo que quieren y sin razones.
—Tenemos que salir de aquí ahora—dijo Ahron evasivamente.
Cuando intentó sujetarme de la muñeca esquivé su mano.
—¿Y qué sucede con Nic? —empujé levemente a Ahron para acercarme a Helen—. ¿Dónde está él?
—Grace, luego tendrás noticias de él…
—No iré a ninguna parte hasta que sepa dónde está Nic, ¿no lo entienden? —repliqué.
Hubo un momentáneo silencio que me irritó, ninguno quería hablar.
—Te lo diremos de camino al auto—habló Ahron finalmente—. Te lo explicaré todo.
Ahron siguió a Helen y me arrastró con él. Tenía demasiadas preguntas revueltas en mi cabeza, ¿Quiénes eran los Midnight? ¿Por qué me querían a mí? ¿Qué pasaría con Nic? ¿A dónde me llevaban Ahron y Helen?
Cuando llegamos al corredor escuchamos fuertes y terroríficos ladridos a lo lejos, sabía que no era posible, pero el suelo retumbó bajo mis pies. Entonces un chico entró a la casa. Lo reconocí, uno de los muchachos que estaba en la fogata la noche anterior, cabello rojizo, de ojos claros y labios gruesos.
—¿Gavin? ¿Qué haces aquí?
—Owen me dijo que les informara—contestó Gavin, pero en su voz escuché un sutil titubeo.
Helen estrechó los ojos hacia Gavin cuando éste inclinó su rostro evasivamente.
—¿Qué ha pasado? —inquirió Helen.
—Es Isaiah, nos ha traicionado. Por lo que… Owen lo ha matado.
Al instante Helen frunció el ceño con dolor y palideció, pero Ahron la sujetó de costado antes de que se derrumbara.
—¿Cómo dices?
—Todos estamos igual de consternados que usted.
—N-no…—Helen sonrió con incredulidad y abrió su boca levemente, su mirada se llenó de doloroso desconcierto—. Isaiah nunca haría… ¡Owen no pudo haber matada a nuestro hermano!
—Owen peleó contra él esta mañana por el hecho de que no se presentó en la reunión de anoche—explicó Gavin furiosamente—, más tarde se presentó ante Lauren y le exigió cosas fuera de lugar, quería derogar a Ahron y Owen matándolos. Helen, él sabía que por hacer eso Owen debía matarlo.
—¡No puede ser! —exclamó Helen horrorizada.
Ahron la arropó entre sus brazos cuando ella se metió en su pecho.
—No hubo más que hacer—aclaró Gavin calmadamente—. Él estuvo haciendo tratos con los Midnight, quería convertir nuestra manada en una sola con ellos sólo porque con su fuerza creyó que podía ser capaz de derrotar a nuestros alfas.
—¿Entonces por qué vino solo hasta acá para retar a Owen? —inquirió Ahron con suspicacia.
—Es lo que tampoco comprendemos—admitió Gavin.
—¿Por qué venir solo hasta acá si contaba con la ayuda de los Midnight? —prosiguió Ahron con desconcierto.
Helen levantó su rostro.
—Ellos lo engañaron, estoy segura.
La resolución pasó por los ojos de Gavin.
—Ellos ya sabían que si Isaiah venía solo a enfrentarnos abiertamente Owen lo mataría.
Ahron asintió.
—Su intención nunca fue ayudar a Isaiah—Ahron sonrió con cierto deje de cortedad—. ¿Cómo no lo pudimos ver antes? Isaiah les dio toda la información que necesitaban sobre nosotros y nuestros puntos débiles, para que a la final lo traicionaran también. Se deshicieron de él y nos han colocado en rebelión.
—¿Dónde está Owen? —preguntó Helen, todavía seguía consternada por la muerte de su otro hermano.
—Se fue detrás de Josiah con una buena parte de nuestra manada—contestó Gavin.
—¿Quién es él? —me atreví a preguntar por curiosidad.
—Es el alfa de los Midnight—explicó Ahron—, ese hombre y su hijo Ryan están retorcidos hasta el fondo.
—Pero entonces estamos en desventaja—murmuró Gavin.
Gavin me miró, entonces supe que todavía habían muchos más problemas, este era un terrible presentimiento.
—Espera, Grace—intervino Helen antes de que Gavin pudiera proferir una palabra de lo que iba a decir—. Sube a tu habitación y guarda un poco de ropa rápido.
—Ella puede escucharlo—objetó Gavin.
Miré a Helen.
—Yo quiero saber lo que sucede con…
—Estos son cosas privadas de la manada, Grace—cortó Ahron—. Por ahora no puedes estar presente.
—Ahron, ella es la Séil de Nic—insistió Gavin.
Las miradas de Ahron y Helen se cruzaron suspicazmente por un momento.
—Grace, lo siento—decidió Helen.
Asentí a regañadientes. Me di la vuelta y comencé a subir lentamente las escaleras. Entonces recordé lo que hice la última vez que quise escuchar en secreto, no podía seguir actuando como tonta una vez más. Cuando ellos desaparecieron del corredor bajé las escaleras con sumo cuidado de no hacer ruido. Llegué a la puerta de la oficina y me incliné para escuchar.
—¿Qué intentas hacer Gavin? —inquirió Helen—. ¿Por qué insistes en que Grace escuche lo que quieres decir?
Hubo un corto silencio hasta que Gavin decidió hablar.
—Escuchen, yo sólo…
—Dilo de una vez—bramó Ahron.
—Bien. Ryan ha secuestrado a mis hermanas—contestó Gavin, ahora repentinamente feroz—. Además de Reagan que está herida, él se ha llevado a Erika.
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Editado: 20.01.2022