Capítulo 2: Pícnic

La cocina del castillo era un lugar amplio y luminoso. Los rayos de sol entraban por la ventana y se reflejaban en el suelo de baldosas blancas, creando un ambiente acogedor y cálido. En el centro de la cocina se encontraba una gran mesa de madera, rodeada por sillas cómodas y acolchonadas. Sobre la mesa había varios utensilios de cocina, incluyendo cuchillos, cucharas y tenedores, así como tazones y moldes para hornear. Al fondo de la cocina se encontraba un gran horno de ladrillo que emanaba un agradable aroma a pan recién horneado. El ambiente era tranquilo, y el sonido de los ingredientes mezclándose en el bol mientras Blancanieves cantaba una melodía generaba una sensación de paz.

La chica de cabello negro estaba preparando la masa del pay en la cocina del castillo, cuando Apple Poison llegó a la puerta y la encontró cocinando algo.

—¿Qué estás haciendo, Blancanieves? —preguntó Apple Poison con curiosidad.

Blancanieves se dio la vuelta y le mostró el bol con la masa con una amplia sonrisa.

—Estoy cocinando un pay de manzana. Si no estás ocupado, ¿podríamos hacer un pícnic?

—No, gracias. No me gustan las manzanas, pero para que no comas sola, puedo hacerte compañía. Después de todo, no quiero que hables con los pájaros, eso es raro —respondió Apple Poison con un tono de superioridad.

—No digas eso, los pájaros son mis amigos, además, no me gustaría disfrutar sola de la comida. Haré mejor un pay de piña —dijo Blancanieves con determinación.

—Como quieras, a mí no me importa —contestó Apple Poison encogiéndose de hombros.

—Decidido, será un rico pastel de piña - dijo Blancanieves con entusiasmo.

—Te ayudaré a prepararlo. Después de todo, es mi culpa que tengas que cambiar los ingredientes, y no quiero que tardes una eternidad en salir - dijo Apple Poison, cambiando su actitud.

—Claro, ¡me encantaría tu ayuda! - respondió Blancanieves agradecida

Blancanieves se encogió de hombros y siguió preparando el pay de piña. Apple Poison decidió ayudarla y juntos mezclaron los ingredientes y colocaron todo en el molde. Una vez que el pay estaba listo, lo metieron en el horno y esperaron a que se cocinara, mientras preparaban el resto del pícnic.

Finalmente, cuando habían terminado el pay, lo sacaron del horno y lo dejaron enfriar para después cortarlo y servirlo en un plato. Juntos disfrutaron del resto del pícnic, conversando y compartiendo risas. Fue un momento muy especial para ambos y se dieron cuenta de que habían descubierto algo más que una simple amistad.

Imaguen extra:

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