En un hermoso bosque cubierto de exuberante vegetación, donde los rayos del sol se filtran entre las copas de los árboles y danzan sobre el suelo cubierto de musgo, Blancanieves se encuentra inmersa en la belleza de su entorno. Con delicadeza, recoge las flores silvestres, respirando el aroma embriagador de la naturaleza que llena sus sentidos. De repente, Apple Poison irrumpe en escena, apareciendo detrás de ella con una expresión curiosa en su rostro.
—¿Qué estás haciendo aquí sola en el bosque? Sabes que es peligroso —dice preocupado.
—¡Oh, hola también Apple! —responde Blancanieves con una sonrisa, mientras sus ojos se iluminan al verlo—. Solo estaba recogiendo algunas flores para decorar la casa de los siete enanitos.
Apple suspira y apoya su espalda en el tronco de un árbol cercano, su mirada perdida en el horizonte. La preocupación se refleja en su rostro.
—¿Te importa si te acompaño? —pregunta con voz suave.
—¡Por supuesto que no me importa! —responde Blancanieves con amabilidad, apreciando el gesto de Apple—. Siempre es agradable tener compañía en el camino.
Los dos comienzan a caminar en armonía, disfrutando de la paz y tranquilidad que el bosque les brinda. Sin embargo, Apple Poison parece perdido en sus pensamientos, con una expresión melancólica en su rostro.
—Últimamente no te he visto, has estado muy ocupado —comenta Blancanieves, notando la ausencia de Apple en su vida.
Apple levanta la mirada, sus ojos oscuros y profundos reflejan una mezcla de responsabilidad y pesar.
—Algo la reina me había encargado unas misiones antes de que... bueno, ya sabes.
—Sí, lo entiendo —dice con voz dulce, aunque su expresión denota tensión, preocupada por las posibles consecuencias que su participación en el reino pueda traerle a Apple.
—Mañana le entregaré los reportes de cómo me fue en el pueblo —agrega Apple con determinación.
—Eso no sería peligroso, ¿verdad? ¿Y si ella te hace daño? —pregunta Blancanieves con preocupación, temiendo por la seguridad de Apple.
Apple la mira durante unos segundos, una mezcla de gratitud y tristeza se refleja en su mirada antes de que una sonrisa tímida se dibuje en sus labios.
—Ella no me hará daño —responde, desviando su mirada hacia Blancanieves—. Blancanieves, siempre me has parecido una persona demasiado amable. Al principio, pensé que cualquiera podría aprovecharse de ti, incluso yo pensaba usarte como una herramienta. Pero mientras más tiempo paso a tu lado, veía cómo te preocupas por mí, cómo me saludas con una sonrisa, cómo me preparas bocadillos incluso cuando te trato mal. Recuerdo cuando me recibías en la entrada del palacio al terminar cualquier misión y me preguntabas: "¿Estás bien? ¿No estás herido?".
—Creo que eso es normal —responde Blancanieves, sintiéndose halagada por las palabras de Apple, pero confundida por su tono de voz cargado de emociones.
—No, no toda la gente hace ese tipo de cosas —afirma Apple, con una mezcla de admiración y gratitud en su mirada.
Un breve silencio se instala, y luego Apple vuelve a hablar, buscando respuestas a sus propios sentimientos.
—¿Alguna vez te has sentido enamorada de alguien?
—Bueno, yo-yo... —sus mejillas se tiñen de un suave rubor, mostrando su vulnerabilidad.
Apple Poison se siente un poco incómodo al ver la reacción de Blancanieves y decide cambiar de tema para distraerla, evitando profundizar en sus sentimientos.
—Ah, no tienes que responder si no te sientes cómoda. No quería incomodarte con mi pregunta. Hablemos de algo más, ¿de acuerdo?
—De todos modos, ¿por qué preguntas eso, Apple Poison? —inquieta, buscando comprender las intenciones detrás de la pregunta de Apple.
—No lo sé, Blancanieves. Solo estoy tratando de entender mis propios sentimientos —duda, su mirada perdida en el horizonte.
—¿Qué sientes, Apple Poison? Si necesitas hablar sobre ello, siempre estaré aquí para escucharte —responde Blancanieves, mostrando su preocupación y apoyo incondicional.
—No estoy seguro de lo que siento, pero desde hace tiempo cuando estoy cerca de ti, mi corazón late más fuerte y mi mente se llena de pensamientos confusos. ¿Sabes si tu madrastra te enseñó brujería o algo similar?
Blancanieves lo mira con confusión y sorpresa ante la inesperada pregunta de Apple. Antes de que pueda responder, Apple Poison toma su mano y la coloca sobre su pecho, buscando desesperadamente una explicación a sus propios sentimientos.
—A veces siento como si estuvieras bajo un hechizo. Cada vez que estoy cerca de ti, mi corazón se acelera y mi mundo se vuelve borroso. Quiero alejarme, pero cuando lo hago, te extraño y deseo regresar a tu lado… Es raro, ¿verdad? Lo siento, Blancanieves, te estoy reteniendo de llegar a la casa de esos enanos. Seguro tienes que hacer otras cosas, y yo tengo que llegar al palacio. Nos vemos.
Un escalofrío recorre el cuerpo de Blancanieves al escuchar las palabras de Apple Poison. Sus ojos se llenan de asombro y preocupación mientras intenta detenerlo.
—Apple Poison, espera...
Sin embargo, antes de que pueda decir más, Apple Poison se aleja corriendo, dejando a Blancanieves desconcertada y con el corazón encogido por la partida abrupta de su amigo.
«Soy solo una manzana envenenada», piensa Apple, llevándose consigo una mezcla de anhelo y desesperanza mientras se aleja.
Ilustración extra:
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