La mañana comienza con un cielo claro y despejado.
Una buena señal para este día especial.
Agarra la pesada bolsa de deporte, que produce un extraño
sonido metálico al moverla, y la mete en el coche.
Comprueba por décima vez la ruta hasta su destino y mira la hora en el salpicadero.
Una mueca macabra se dibuja en su rostro al arrancar el motor.
Si todo sale acorde con su plan, el pobre desgraciado estará solo,
y ella podrá tener al fin su tan esperada venganza.