Dijeron que seríamos libres.
Nos prometieron el paraíso.
Una vez obtuvieron lo que quisieron, nos abandonaron.
Se burlaron de nosotros, nos engañaron y jugaron con nuestros sentimientos.
Fueron crueles y despiadados al darnos esperanza.
¿Y qué hicimos nosotros?
Nada, absolutamente nada.
Acostumbrados a ese tipo de trato, acostumbrados a
ser perdedores, lo dimos todo por perdido.