Sentía que me iba a romper en mil pedazos.
Que si intentaba ponerme de pie, me despedazaría.
Mi corazón se desgarraba con cada latido.
Mis pulmones se ahogaban con cada soplo de aire.
No imaginaba que dejarte me haría padecer este sufrimiento.
Todavía hoy me deshago en lágrimas cuando pienso en ti.
Y al ver las flores que me regalaste, ya marchitas por el paso del tiempo,
solo deseo volver atrás para valorar el tiempo que estuviste junto a mí.