Soy adicto al perfume de tu piel, dulce y embriagador.
Escondo la nariz en tu cuello, queriendo emborracharme de ti.
Como un adicto, cada noche vuelvo a por más, hasta perder el sentido.
Quiero ir al maravilloso mundo que abres con cada uno de tus abrazos.
Voy a construir una casa en ellos y convertirlo en nuestro rincón especial.