El fuerte viento hace crujir los tablones de madera que forman las paredes.
Dentro de la pequeña cabaña, el fuego chisporrotea con energía en la chimenea.
La joven pareja se acurruca frente a ella, cobijados en una gruesa manta.
–Siento que el finde no sea como lo planeamos –se disculpa él, con pena.
–No te preocupes –responde ella, con una sonrisa–. Esto también está bien.
–Seguro que estás decepcionada –dice él, triste.
–¡Para nada! –se apresura a decir ella–. Solo quiero que estemos juntos. Me da igual el plan.
Las palabras de su novia le hacen sonreír. Con cariño, le da un beso en la sien, estrechándola fuerte contra sí.