Hace mil tareas bien, pero no recibe ni una sola felicitación.
Comente un solo fallo, minúsculo, casi sin importancia.
La bronca que recibe es enorme y desproporcionada.
Inútil. Inútil. Inútil. Inútil. Inútil.
Un solo fallo cometido por cansancio hace eco en su cabeza.
Sus ganas de ser cada vez mejor invaden cada centímetro de su cuerpo.
Pero cuanto más se esfuerza, peor es el resultado que obtiene.
Inútil. Inútil. Inútil. Inútil. Inútil.
El miedo de cometer un error se apodera de ella en cada tarea.
Incluso de aquellas que repite desde hace años y que se sabe de memoria.
Su inseguridad crece cada día. Desconfía de sus habilidades.
Inútil. Inútil. Inútil. Inútil. Inútil.
Siente que ya no sabe hacer su trabajo, que se le ha olvidado.
Se pregunta por qué no la despiden por su incompetencia.
Las broncas no cesan, las felicitaciones no llegan y ella solo quiere salir de ese infierno.