Me dejaste sin aliento cuando posé mi mirada sobre ti.
Un relámpago de energía golpeó mi cuerpo con intensidad.
Podía sentir mi corazón latir a mil pulsaciones por segundo.
Y cuando creía que algo dentro de mí explotaría por la intensidad,
giraste la cabeza para hablar con tus amigos, rompiendo la conexión.
Mi cerebro se quedó agotado tras el subidón y mis sentidos,
anhelantes de volver a cruzarse contigo.