Por primera vez en su vida, se sentía libre.
Libre de presiones. Libre de ataduras.
La sensación gratificante invadía su cuerpo.
Era feliz tomando decisiones que la hacían feliz.
Sin críticas. Sin contradicciones. Sin oposición.
Abrió los ojos y la realidad cayó como un balde de agua fría.
En el mundo real, la libertad no es algo que se pueda experimentar.
Así que solo queda soñar con ella.